El BBVA afirma que la economía española creció un 0,2% en el segundo trimestre del año y con indicadores del mes de julio, asegura que ya entrado el tercer trimestre sigue en positivo, con un incremento de alrededor de una décima. En su informe llama a la prudencia y afirma que «no puede descartarse una recaída transitoria de la economía durante el tercer trimestre del año».

Estas cifras reflejan una situación de estancamiento, de crecimiento «débil», que podría reflejar nuevamente tasas negativas en el tercer trimestre al acusar los efectos de la subida del IVA, del ajuste fiscal y, con cierto retraso, de las tensiones financieras.

Mejor de lo esperado

En su último informe 'Situación España', la entidad indica que «las perspectivas de medio plazo para la economía española son mejores de lo que se preveía hace un par de meses». Asimismo, el informe destaca que las tensiones financieras «están empezando a remitir».

De cara a los próximos meses, el BBVA apunta entre sus previsiones que la economía aún se contraerá un 0,6% este año, el doble que lo estimado por el Gobierno, para crecer un 0,7% en 2011, en un escenario de tasas de paro que rondarán el 19,5% en los dos años.

El banco insta al Gobierno a seguir desarrollando con decisión el proceso de reformas estructurales y a añadir nuevas medidas para controlar el déficit público.

Especial atención dedica el informe a la reforma laboral, de la que dice que si no se reduce la incertidumbre, aún persistente, en torno a las causas del despido objetivo o a las condiciones de descuelgue salarial, los efectos sobre la creación de empleo serán menores de los deseado.

En el capítulo fiscal, el BBVA considera conveniente introducir financiación privada para ciertos servicios públicos, como la sanidad o la educación. Además, la cree que debería promoverse un sistema fiscal más eficiente, reduciendo los impuestos director -IRPF- y aumentando los indirectos, pues no cree recomendable que aumenten los tipos a las rentas del trabajo y también cree que los impuestos que pagan las empresas siguen siendo altos.

«Se dan las condiciones para que la estructura fiscal pueda moverse hacia un sistema que reduzca la carga sobre los ingresos y beneficios de los hogares y empresas, poniendo más énfasis en la imposición indirecta», añade.