El representante del Frente Polisario en España, Bucharaya Beyun, advirtió este viernes de que si no se avanza en la solución del conflicto, la organización se verá «obligada» a acudir a la guerra. En este sentido, aunque admitió que los saharauis «nunca» tendrán capacidad para vencer militarmente a Marruecos, precisó que tienen suficientes «armas, hombres y voluntad» y que la guerra «no se quedaría sólo en el territorio saharaui, alcanzaría Rabat y Casablanca».

Asimismo, tanto Beyun como los activistas de la organización Sáhara Thawra Javier Sopeña y Silvia García han asegurado que el Gobierno español no se ha puesto en contacto con ellos para pedirles «información» sobre lo sucedido la semana pasada en El Aaiún durante el asalto al campamento de protesta saharaui y los posteriores disturbios.

Durante una rueda de prensa celebrada en Madrid, Beyun advirtió de que si no se avanza en una solución diplomática acorde con las resoluciones de la ONU y mediante la autodeterminación, el Frente Polisario utilizará «todos los instrumentos jurídicos legales para defender su libertad, incluida la guerra».

«La propia población va a obligar al Polisario a tomar las armas», añadió. «Nos van a obligar a eso, aunque no sea de nuestro gusto», aseguró. «No esperamos que España se ponga de nuestro lado en caso de guerra, pero al menos queremos que la opinión pública apoye que tenemos derecho a acudir a las armas», prosiguió.

«Nuestro objetivo no es vencer militarmente a Marruecos, no podemos, nunca podremos vencerles», precisó. «No tenemos las armas que tiene el Ejército de Marruecos, pero tenemos armas, tenemos hombres y tenemos voluntad suficiente», mientras que la población marroquí «simplemente no está preparada para esa guerra». En todo caso, advirtió, «esa guerra no se quedaría sólo en el territorio saharaui, alcanzaría Rabat y Casablanca, si es necesario».

CONTACTOS CON EL GOBIERNO

En la misma rueda de prensa, Sopeña --quien regresó el pasado domingo a España junto con García procedente de la capital del Sáhara Occidental-- informó de que «nadie se ha puesto en contacto» con ellos para pedirles «ningún tipo de información» y aseguró que si el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se lo pide, está dispuesto a facilitarle «la misma información» que ha difundido por otros medios.

Por su parte, el representante del Polisario ha aclarado que no tiene previsto en su agenda ningún encuentro ni con el PSOE ni con el Ejecutivo y ha precisado que «en estos días el Gobierno en ningún momento ha contactado con el Polisario para pedirle información o su opinión».

Asimismo, ante la insistencia de la ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Trinidad Jiménez, de esperar a que haya una investigación independiente sobre los hechos de El Aaiún para que el Gobierno pueda pronunciarse sobre los mismos, Beyun ha defendido que Marruecos impide que haya «ninguna información independiente».

Según él, «nadie está en condiciones de dar esa información» porque «todos los que la tienen están detenidos, y las familias están encerradas en sus casas, no pueden hablar porque la ciudad está tomada por los militares». El asalto marroquí, prosiguió, «se cometió en silencio, a oscuras, porque Marruecos no ha querido testigos».

Aparte, prosiguió, la misión de la ONU (MINURSO) «no pudo hacer nada porque Marruecos no le dejó investigar», e incluso le «impidió ir a los hospitales», y Francia vetó, durante el reciente debate en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el envío de una comisión internacional. «*Quién puede hacer informes independientes? Nadie», aseveró.

Por otra parte, Beyun calificó de «trato vejatorio» que Rabat sólo permita la entrada «a cuentagotas» de medios españoles a El Aaiún. «No tengo ninguna duda de la sinceridad y el buen hacer de los medios españoles, de 'El Mundo' y 'El País'», pero para poder llevar a cabo su trabajo adecuadamente, advirtió, «Marruecos les debería dejar quqe fueron a las casas saharauis, que fueran solos».

ACUSACIONES DE TERRORISMO

Bucharaya Beyun criticó duramente las acusaciones del Gobierno de Marruecos, en particular del ministro del Interior, Taieb Cherqaoui, quien ha asegurado que los agentes que asaltaron el campamento se encontraron con métodos de violencia similares a los existentes en la zona sur del Sahel, donde opera Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).

Según el representante del Polisario, Marruecos controlaba todos los accesos al campamento y «sabía quiénes estaban dentro». Aparte, durante las negociaciones con los organizadores de la protesta «participó el ministro del Interior en persona, estuvo negociando con ellos dos días antes», pese a lo cual los acusó posteriormente de pertenecer a «una banda armada».

Al respecto, Beyun recordó que el coordinador de la lucha antiterrorista del Departamento de Estado de Estados Unidos, Daniel Benjamin, ha declarado que no hay ninguna prueba sobre las supuestas conexiones terroristas de los activistas saharuis y que AQMI no obtendría «ninguna ventaja» de actuar en Sáhara Occidental. «El caldo de cultivo para el terrorismo en Marruecos está en Casablanca, por la miseria, la pobreza, no en el Sáhara», aseveró el representante saharaui.

Según Beyun, el objetivo del asalto, y el hecho de que se escogiera el 8 de noviembre, día del comienzo de las conversaciones informales de Nueva York, aseguró Beyun, era forzar a los saharauis a «no asistir a las negociaciones y acusar al Polisario de la ruptura del diálogo». «Finalmente fuimos para evitar asumir las consecuencias de la ruptura».

Durante esas primeras horas del asalto, denunció, muchas personas intentaron recorrer a pie o en automóvil los quince kilómetros que les distanciaban de El Aaiún. «Esas personas fueron masacradas o han desaparecido», aseguró. «Si los desaparecidos están muertos o detenidos, no lo sabemos, Marruecos no informa», denunció.