El Parlament eligió ayer a Núria de Gispert como la primera presidenta de la Cámara catalana con el aval de CiU, Ciutadans y el apoyo parcial de PSC y PPC, una elección que ha aprovechado para reivindicar el papel de la mujer para romper «el techo de cristal» y alcanzar la «igualdad real» entre géneros.


El PSC y el PP facilitaron el nombramiento en primera vuelta en un gesto de normalidad institucional y para asegurarse su representación en la Mesa, mientras que Ciutadans (C's) quiso contrastar la moderación de la actual presidenta, de UDC, con el papel más soberanista que, a su juicio, imprimió a la Presidencia del Parlament el independentista Ernest Benach.


En el arranque de la novena legislatura catalana, la ex consellera, emocionada en su toma de posesión como relevo de Benach, fue elegida en primera vuelta con el apoyo de 77 diputados -para la mayoría absoluta se necesitan al menos 68-, de los cuales 62 votos son de la federación de CiU, 3 de C'S y los otros 12, a partes iguales, fueron cedidos por PSC y PPC.