Medio centenar de españoles ha abandonado en los últimos días Costa de Marfil, tras la recomendación realizada en este sentido por el Ministerio de Asuntos Exteriores debido a la falta de seguridad y la situación de inestabilidad política tras la celebración de las elecciones presidenciales el 28 de noviembre.

El Ministerio de Asuntos Exteriores difundió el aviso a través de su página web (www.maec.es) a mediados del pasado mes de diciembre tras los enfrentamientos armados registrados en este país africano en los que murieron varias decenas de personas.

Después de este aviso, unos 50 de los 200 españoles que residen de forma permanente en ese país han decidido abandonarlo, según han indicado a Efe fuentes del departamento de Exteriores, que han señalado que por el momento no ha sido necesario llevar a cabo ninguna evacuación.

El Ministerio de Exteriores sigue desaconsejando por el momento todo viaje a Costa de Marfil y mantiene su recomendación a los españoles residentes en ese país para que lo abandonen temporalmente a la mayor brevedad posible.

La página web explica que, en el caso de que, pese a esta recomendación, se decida permanecer en el país, se aconseja encarecidamente permanecer en los domicilios evitando desplazamientos innecesarios, así como extremar las medidas de precaución y respetar las indicaciones de las autoridades.

Además, el Ministerio de Asuntos Exteriores recuerda a aquellos españoles en Costa de Marfil, residentes o transeúntes, que aún no hubieran comunicado sus direcciones y números de contacto a la Sección Consular de la Embajada, la conveniencia de hacerlo tan pronto como sea posible, así como, en general, dar cuenta de posibles cambios que hayan podido darse respecto a dichos datos.

La crisis en Costa de Marfil surgió después de que la comunidad internacional reconociera al opositor Alassane Ouattara ganador de las elecciones frente al que ha sido presidente en los últimos diez años, Laurent Gbagbo, quien rechaza la derrota en las urnas.

Los enfrentamientos entre los militares que apoyan a Gbagbo y los seguidores de Ouattara han llevado a la ONU a desplegar unos 800 cascos azules para evitar el estallido de una nueva guerra civil.