La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, abandona hoy el Hospital Clínico después de haber sido operada el martes de un cáncer de mama. | Efe - Paco Campos

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, salió del hospital «con mucho ánimo» para recuperarse «lo antes posible» y ponerse al frente de la Comunidad de Madrid, lo que prevé hacer en breve, aunque los médicos le han dicho que tendrá que reposar al menos diez días.


Aguirre abandonó el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, donde el martes pasado fue operada de un cáncer de mama, a las 11:50 horas y ha comparecido en la puerta durante cinco minutos, acompañada por el consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, los médicos que la han operado y los directivos del hospital.
En la puerta del hospital se han congregado varias decenas de periodistas, algunos de los cuales esperaban la salida de Aguirre desde primera hora de la mañana.


Elogios


«Salgo con muchos ánimos para recuperarme lo antes posible y para poder ponerme al frente dentro de poco, (aunque) el doctor dice que me tome diez días, de los asuntos de la Comunidad de Madrid», ha dicho con firmeza pero con la voz algo temblorosa debido a las secuelas de la anestesia.


La presidenta ha explicado que ingresó hace dos días en ese «magnífico hospital» para «extirpar un tumor maligno en una mama» y hoy sale «sin el tumor y con mucho ánimo», con la idea de que el cáncer «es una enfermedad grave pero curable».


Ha agradecido el ánimo y el apoyo que le han transmitido «los miles de ciudadanos anónimos que han mandado mensajes, de Madrid y de fuera», sus compañeros de partido, y sus adversarios políticos, que según ha dicho han estado «extraordinariamente cariñosos».

A continuación ha agradecido a todo el personal del hospital Clínico el trato que le han dispensado, empezando por el doctor que la operó, José María Román, jefe del servicio de Unidad de Patología Mamaria del centro, y terminando por las enfermeras y los celadores.


Entre otros, se ha referido al «anestesista maravilloso» que la atendió durante la operación, el doctor Velasco; a los patólogos «que analizaron los bordes del tumor», y al jefe del Servicio de Medicina Nuclear, el doctor Carreras, que según ha relatado «fue el que puso el ganglio centinela».