Fernández Toxo y Méndez, al inicio de la rueda de prensa en la que explicaron el estado de las conversaciones para la reforma de la negociación colectiva. | Sergio Barrenechea

Pese a que en Moncloa calificó la reunión que Zapatero mantuvo anoche con patronal y sindicatos de cita «inaplazable e ineludible», el secretario general de UGT, Cándido Méndez, considera que el encuentro no es «imprescindible». No obstante, Méndez abrió la puerta a desvincular el IPC de las subidas salariales a partir de 2013.

«Nosotros (los sindicatos) estamos dispuestos a discutir en profundidad (con la patronal) el modelo salarial, incluida la relación con la productividad, pero con todas las consecuencias», dijo el secretario general de UGT, Cándido Méndez.

«Con todas las consecuencias» significa, desde el punto de vista sindical, que muchas empresas medianas y pequeñas no saben cómo medir la productividad y, en su caso, puede haber ejemplos en que la productividad eleve los salarios incluso por encima de la inflación. Es decir, que muchas compañías pueden tener problemas para abonar los salarios de acuerdo con este baremo y no con la inflación.

Méndez y su homólogo en CCOO, Ignacio Fernández Toxo, aseguraron ayer que han acordado con la CEOE que la prórroga automática de los convenios colectivos expirados (la llamada ultraactividad) se determine individualmente, en función de las características de cada convenio. Durante la rueda de prensa para explicar el estado de las conversaciones para la reforma de la negociación colectiva, ambos sindicalistas eludieron precisar durante qué horquilla de tiempo tendrá efecto la ultraactividad, y aseguraron que es una cuestión que todavía está en discusión.

Precios

De acuerdo con la legislación actual, cuando termina el periodo de vigencia establecido para un convenio, éste sigue en vigor de forma automática hasta que se pacta uno nuevo, mientras que ahora en cada empresa se pondrá un límite a esa prórroga para agilizar la negociación.

Además, Toxo y Méndez afirmaron que la subida del IPC no se debe a los salarios sino a un comportamiento «inadecuado» de determinados sectores.