José Luis Rodríguez Zapatero y José Blanco enlazaron su carrera política en el año 2000, cuando se hicieron con las riendas de la sede del PSOE en la madrileña calle de Ferraz, y darán juntos los últimos pasos de la legislatura en el Palacio de La Moncloa. Tras la salida de Alfredo Pérez Rubalcaba del gabinete, el presidente del Gobierno ha decidido confiar la Portavocía del Gobierno a un amigo, «Pepe Blanco».

El objetivo del nombramiento apunta a que el gran orador que es José Blanco será el azote del PP cada semana desde la Portavacía del Gobierno y ayudará al candidato Rubalcaba en el acoso al líder de la oposición, Mariano Rajoy.

Comunicador

Hace nueve meses Zapatero subrayó las notables dotes de Rubalcaba como comunicador y justificó así su elección como portavoz del Gobierno, pero ayer se olvidó de destacar esas facultades en Blanco.

Blanco acabará la legislatura más al lado que nunca de Zapatero, siendo la cara del Gobierno tras las reuniones del Consejo de Ministros y, previsiblemente, teniendo que responder cada semana si hay visos de que las elecciones se convoquen antes de lo previsto.

La remodelación anunciada ayer abona la tesis del adelanto electoral. Si hubiera habido algún retoque más de lo estrictamente necesario para cubrir las tareas dejadas vacantes por Alfredo Pérez Rubalcaba, sí podría interpretarse como una clara intención del presidente del Gobierno de agotar la legislatura.