Rubalcaba conversa con el portavoz parlamentario de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, en los pasillos del Congreso de los Diputados. | Carlos Montes de Oca

Tras superar el martes su primer trámite parlamentario, la reforma constitucional impulsada por PSOE y PP inició ayer una nueva fase, en la que ambos partidos empezaban a negociar para llegar a un acuerdo con CiU, que ultima la redacción de sus enmiendas.

Los dos grupos mayoritarios en la Cámara tenían apenas 24 horas para sumar un mayor consenso al acuerdo alcanzado el pasado viernes, ya que el plazo de presentación de enmiendas a la iniciativa de reforma culmina hoy a las dos de la tarde.

Desde el PSOE, la directora de la campaña electoral, Elena Valenciano, apostó por que la reforma alcance el consenso con todos los partidos que han estado en el pacto constitucional.

Mensaje de confianza

En declaraciones a Onda Cero, la dirigente socialista confió en que el portavoz parlamentario de CiU, Josep Antoni Duran, se sumará al pacto, dado que «en este momento sabe que necesitamos enviar un mensaje potente de confianza en España».

El PP también confirmó la existencia de conversaciones con CiU, que ya mantuvo desde el primer momento en que se empezó a negociar con el PSOE.

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, agradeció el lunes al candidato del PSOE a La Moncloa, Alfredo Pérez Rubalcaba, la «tarea fundamental» que ha llevado a cabo para lograr un apoyo «casi unánime» del partido. El jefe del Ejecutivo aseguró que entre él y Rubalcaba hay «más cercanía que nunca».

Zapatero destacó que la reforma constitucional «está dando» y «va a dar resultados positivos para la confianza, la estabilidad y el futuro de la credibilidad de España» y recalcó que «tiene un amplio respaldo», ya que cuenta con el consenso de «los dos grandes partidos». Dicho esto, admitió que se está haciendo en «plazos muy perentorios», una celeridad que volvió a justificar: «Se ha hecho con la máxima velocidad porque lo necesitamos».