La Unión Europea (UE) se ha embarcado en la búsqueda de fórmulas que minimicen el daño que puede causar en la deuda soberana española la inyección en la banca de fondos europeos, que se canalizará a través del Estado. Según dijeron fuentes de la UE en Los Cabos (México), donde se celebra la cumbre del G20, el margen de decisión es escaso, dado que hoy por hoy se descarta una ayuda directa a la banca, y por tanto, la inyección de recursos se debe hacer a través del Estado español.

«España es el primer caso que se presenta y no hay muchas opciones. Pero trataremos de poner en la mesa medidas que permitan flexibilizar la ayuda», dijo un alto funcionario. Una de las posibilidades que hay sobre la mesa, dijeron las mismas fuentes, es alargar el plazo del préstamo que se concederá para la banca para que el impacto en el aumento de la deuda se diluya y también la presión de los mercados.

Deuda «preferente»

La UE también apuesta por que la cantidad prestada no sea considerada como una deuda «preferente», ya que ello implicaría que el Estado debería atender su pago antes que el resto de la deuda pública que coloca en los mercados. Para ello, los recursos deberían proceder del Fondo Europeo de Estabilidad (FEEF), porque no tienen esta condición de preferencia.

Sin embargo, si los fondos procedieran del MEDE (el Mecanismo Europeo de Estabilidad), que aún no está en marcha a falta de que lo ratifiquen los parlamentos de algunos Estados, sí tendría este carácter de deuda senior.

Ayer mismo, la canciller alemana, Angela Merkel, aseguró que en la cumbre de Los Cabos el G20 pidió a España «claridad» sobre los términos en que recibirá la ayuda para recapitalizar la banca y urgió a Rajoy a solicitar ya la ayuda.