El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha instado hoy a «repensar» la UE para que avance más rápidamente en su integración y ha emplazado a que los sacrificios de países como España cuenten con más apoyo de otros socios y de las instituciones europeas y no se hagan a costa de la cohesión.

Rajoy ha hecho esta petición en su comparecencia ante el pleno del Congreso para informar de las conclusiones del Consejo Europeo celebrado en Bruselas en marzo, en la que ha considerado que la UE «debe pasar de las musas al teatro» y ha insistido en que la solución dada a la situación de Chipre es «extraordinaria, única y excepcional».

El jefe del Ejecutivo ha señalado que países como España, que «está cumpliendo sus compromisos», están embarcados en una dinámica de reformas estructurales y ajustes de gran calado.

«Esperamos contar con el apoyo del resto de socios y de las instituciones europeas para que el esfuerzo y los sacrificios que estamos realizando no se hagan a costa de la cohesión, que es un valor fundacional de la UE», ha dicho antes de señalar: «Hay que negociar hasta la extenuación para que el principio de cohesión esté siempre presente».

Para Rajoy, la UE debería actuar como hizo ante «la gran aventura de la ampliación» a las democracias del sur, el centro y el este de Europa, cuando ha subrayado que hubo «un esfuerzo generoso de cohesión» que redundó en beneficio de todos.

«Debemos evitar que Europa se quede atrás. Es necesario, y cada vez con más urgencia, revertir la situación de estancamiento que vive Europa y debemos hacer todo lo posible para ello con todos los instrumentos a nuestro alcance», ha insistido antes de asegurar que ese es el mensaje que está lanzando continuamente a sus colegas de la UE.

Ha llamado la atención sobre el hecho de que el lenguaje de los consejos europeos se ha ido modificando para expresar su clara preocupación por la necesidad de que haya políticas de crecimiento en la UE.

Pero ha reconocido que las «sensibilidades» son distintas en unos países y otros en materias como el desempleo juvenil, y ha explicado que sólo está satisfecho en parte con el resultado de la última cumbre de la UE porque le habría gustado que se imprimiera un ritmo mayor a sus trabajos y una mayor intensidad en la puesta en práctica de los planes aprobados.

«Pero hay que perseverar y no dar nunca la batalla por perdida, porque -ha asegurado- tenemos todo el derecho a solicitar la aplicación práctica del principio de integración».

Rajoy ha analizado el rescate de Chipre para insistir en que esa situación no habría ocurrido de haber estado en marcha la unión bancaria y explicar que no era normal el peso del sector bancario de ese país ("claramente hipertrofiado», ha dicho) en su producto interior bruto.

Para él, la solución adoptada es «razonable», aunque ha repetido su llamamiento a aprender de la experiencia y no vuelva a haber «desafortunadas declaraciones» que perjudicaron a todos como las que hizo el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y que generaron «dudas, incertidumbre y volatilidad del euro».

En el análisis de esa crisis, que ve «encauzada», ha aprovechado para reiterar su defensa de que los depósitos por debajo de los 100.000 euros deben quedar protegidos siempre «por razones de seguridad y credibilidad».

Rajoy, que ha hecho una cerrada defensa del proyecto europeo, ha defendido recuperar el apoyo de los ciudadanos a ese objetivo y ha puesto en valor los resultados de una Europa que décadas atrás parecía una «utopía».

«Pero las utopías también necesitan renovarse, porque el peso del tiempo puede hacer mella en los sueños», ha precisado para pedir entonces «repensar Europa» y replantearse sus objetivos, la intensidad de su integración o su diseño político.