El ministro del Interior, Fernández Díaz, pone la mano en el fuego por Rajoy. | Ballesteros

Dirigentes del PP han coincidido en expresar una «gran preocupación» por el «daño terrible, devastador» que las informaciones sobre el 'caso Bárcenas' están provocando en el PP. Además, han advertido que el «cabreo» en las bases del partido empieza a ser generalizado y han defendido enfrentarse a este caso sin dar la sensación de que el partido se esconde.

La mayoría de los citados cargos admiten que este «culebrón» o «fascículos por entregas» ya está empezando a pasarles factura en el seno del partido y en sus propias bases. «Aparecemos todos como presuntos delincuentes», dice un diputado. «La militancia de base está cabreada con esos titulares de sobresueldos y de que hay una 'pandilla' que se ha forrado», reconoce otro parlamentario veterano.

«Esto está haciendo un daño terrible al partido y a la propia sociedad», dice un dirigente, que resume el sentir de muchos otros. «Está siendo devastador», describe gráficamente un miembro de la Ejecutiva, que expresa su preocupación ante el hecho de que este tema lo monopolice todo y deje en segundo plano la actividad tanto del partido como del Gobierno.

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Confianza en Rajoy

En general hay un cierre de filas en torno a Mariano Rajoy, ya que, según recuerdan las fuentes consultadas, negó públicamente ante la cúpula del PP el pasado mes de febrero haber recibido pagos en negro. «Rajoy o Arenas ya lo han negado, y yo creo a mis compañeros», afirma un parlamentario. «Creer que Rajoy ha cometido una ilegalidad es no conocerlo», destaca un dirigente de 'Génova', que defiende que el presidente del Gobierno no «entre en el juego» de responder a cada una de las informaciones publicadas.

Sobre la estrategia del partido, hay quien cree que 'Génova' y el Gobierno no pueden hacer nada más de lo ya hecho, al dejar claro que son unos papeles «fabricados» y «colaborar con la Justicia». Sin embargo, algunas fuentes defienden que se den más explicaciones porque es lo que piden los propios afiliados del PP y la gente de la calle, cada día más preocupada por la corrupción.