El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco (i), que deja la presidencia de la Conferencia Episcopal, conversa con el vicepresidente de la CEE y arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, poco antes de inaugurar hoy la asamblea plenaria de los obispos que ha renovado todos los cargos para el trienio 2014-2017, excepto el de secretario general. | Efe

El arzobispo de Valladolid, monseñor Ricardo Pérez Blázquez, ha sido elegido presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), tras las votaciones celebradas este miércoles por los obispos españoles en el marco de la CIII Asamblea Plenaria de la CEE.

Blázquez ha sido elegido en la primera votación, con 60 de los 79 votos emitidos por los obispos españoles. Ha sido el más votado por encima del arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, que ha obtenido diez votos, y del arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, con cinco votos.

El arzobispo castrense, Juan del Río, ha obtenido dos votos y el obispo de Calahorra y la Calzada (Logroño), Juan José Omella, un voto.

Asimismo, ha habido un voto en blanco, y de los ochenta obispos con derecho a voto, sólo uno no lo ha ejercido.

De esta forma, monseñor Blázquez, que sucede en el cargo al cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, retomará el puesto que ya ocupó durante un trienio, entre 2005 y 2008.

Ricardo Blázquez Pérez nació en Villanueva del Campillo, provincia y diócesis de Ávila, el 13 de abril de 1942. Realizó sus estudios en los seminarios Menor y Mayor de Ávila (1955-1967) y fue ordenado presbítero en febrero de 1967. Obtuvo el doctorado en Teología por la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma (1967-1972) y también estudió en universidades alemanas.

Sus 21 años de ministerio sacerdotal se centraron en la actividad docente. Fue secretario del Instituto Teológico Abulense (1972-76), profesor (1974-1988) y decano (1978-81) de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca, así como vicerrector de la misma.

En abril de 1988 fue elegido obispo de la iglesia titular de Germa di Galazia y nombrado obispo auxiliar de Santiago de Compostela, recibiendo la ordenación episcopal en esa catedral el 29 de mayo siguiente de manos de Antonio María Rouco Varela. En mayo de 1992 fue designado obispo de Palencia y en septiembre de 1995 obispo de Bilbao.

En la Conferencia Episcopal Española, además de los cargos de presidente y vicepresidente, ha sido miembro de la Comisión para la Doctrina de la Fe (1988-1993) y de la Comisión Litúrgica (1990-1993) y presidente de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe (1993-2003) y de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales (2002-2005), así como Gran Canciller de la Universidad Pontificia de Salamanca (2000-2004).

Primeras declaraciones

En sus primeras declaraciones tras ser elegido, Blázquez, ha pedido hoy respeto para la vida en todo su trayecto y todas sus circunstancias, no sólo en el comienzo y en el final, también en el caso de los niños de la calle y de los convertidos en soldados muy prematuramente, «abusando» de su debilidad.

Además, ha subrayado el ejemplo del papa Francisco de mostrar siempre amabilidad y la dimensión humana del Evangelio, especialmente en las situaciones de mayor postración de las personas, como los enfermos, los necesitados o los indigentes.

La Iglesia es «una casa con las puertas abiertas», especialmente para aquellos que sienten la indiferencia de los demás y necesitan apoyo y comprensión, como en el caso de los más débiles, ha añadido.

A preguntas de la prensa sobre su elección y objetivos, ha respondido que en el procedimiento no hay candidatos -"yo no tengo programa», ha enfatizado-, pero sí quiere que la asamblea plenaria reflexione sobre las prioridades apostólicas, evangelizadoras y cercanas a los necesitados como quiere el papa.

«Quiero mostrar la comunión cordial, afectiva, efectiva con el papa Francisco», en una sintonía desde siempre «sin fisuras», ha destacado.

Y sobre cuál es su perfil, ha indicado que los pastores de la Iglesia deben imitar al Señor, «no otras formas de comportamiento».

El arzobispo de Valladolid ha comenzado por agradecer a los obispos la confianza que le han mostrado al elegirlo y acepta la tarea desde las convicciones más profundas, como la fe cristina, el ministerio apostólico y el servicio a todos los hombres y mujeres de la sociedad.

También ha expresado la «gratitud» al presidente saliente, el cardenal Antonio María Rouco Varela en nombre de la CEE, y ha evocado la «amistad» entre ambos.