La confianza de los españoles en que mejore la economía se ha incrementado ligeramente en un mes, aunque la preocupación por el paro sigue subiendo y se mantiene como el principal problema del país en el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del mes de marzo.

En la encuesta, realizada entre el 1 y el 11 de marzo, el 82,3 por ciento de los ciudadanos cita el paro como la principal preocupación, un porcentaje que en febrero era del 81,1; mientras que la corrupción se consolida como el segundo problema para los españoles, con un 41 por ciento -44,2 el mes anterior-.

No obstante, la percepción de los ciudadanos respecto a la situación económica ha mejorado algo y el 21,1 por ciento de los encuestados cree que dentro de un año la situación estará mejor frente al 19,5 que lo pensaba en febrero.

Pese a ello, siguen siendo más, un 23,6 por ciento, los que piensan que la economía irá a peor y un 45,1 opina que se mantendrá igual.

Al ser preguntados por la situación actual, la percepción de los españoles también ha mejorado levemente, aunque la mayoría -un 84,5- sigue diciendo que es mala o muy mala, frente al 13,8 que la califica de regular y 1,3 -una décima más que en febrero- cree que es buena o muy buena.

Los parados siguen siendo pesimistas, pues de ellos sólo el 31,3 por ciento ve bastante o muy probable encontrar un trabajo el próximo año mientras que más del 60 por ciento cree que esa posibilidad es poco o nada probable.

En la lista de los principales problemas que mencionan los españoles y coincidiendo con la muerte de quince inmigrantes en Ceuta, la inmigración se ha colocado en marzo en el octavo puesto, siendo mencionada por un 5,1 de los preguntados, cuando en febrero sólo la citaba el 2,1.

Tras el paro y la corrupción -en el primer y segundo lugar- se sitúan los problemas de índole económica, con un 28,2 por ciento -una décima menos que en febrero- y los políticos y los partidos, citados por el 26 por ciento, porcentaje dos puntos superior al anterior sondeo.

En quinto puesto continúa la sanidad -10,2 por ciento frente al 10,8 de febrero-, seguida de la educación, mencionada por el 8,7 por ciento; y los problemas de índole social, que citan el 7,4 de los encuestados, un punto menos que en febrero.

De la encuesta se desprende también que los españoles parecen estar alejados de los grandes temas que enfrentan a los partidos políticos.

Así, y pese al protagonismo que en los últimos meses ha cobrado el reto soberanista en Cataluña, en el CIS sólo el 0,6 por ciento de los españoles se declara preocupado por los nacionalismos.

El debate independentista abierto por la consulta convocada por la Generalitat tampoco parece haber cambiado mucho la opinión de los ciudadanos sobre el modelo de Estado y, de hecho, sólo el 9,5 -uno de cada diez- de los encuestados apoyaría la independencia de las comunidades autónomas, el mismo porcentaje que en febrero.

Por el contrario, la mayoría, un 33,4 por ciento, opina que lo mejor es mantener el sistema tal cual está, con un Estado con comunidades autónomas; mientras que un 18,6 apoyaría la fórmula de un único gobierno central y sin autonomías.

Los que abogan por que las comunidades autónomas tengan menor autonomía que en la actualidad se sitúan en el 10,7 por ciento, algo menos que quienes piensan que debería darse mayor autogobierno a las comunidades -11,9-.

El alejamiento de los ciudadanos respecto a los temas que centran la polémica política se refleja también cuando son preguntados por la ley del aborto; un asunto que a pesar de que ha copado numerosos debates parlamentarios sólo preocupa a un 0,2 de los preguntados en la encuesta.

Al hablar de la situación política, sin embargo, también ha aumentado el número de quienes creen que puede mejorar dentro de un año, que ha pasado del 8,9 en febrero al 10,3 en marzo.

No obstante, más de la mitad -un 53,2- piensa que no habrá ningún cambio y el 25,5 por ciento de los ciudadanos afirma que la situación política será peor dentro de doce meses, más de cinco puntos por debajo del 30,7 de febrero.

También se reducen los que piensan que la situación política actual es mala o muy mala -79,7 frente al 82,2 que lo pensaba en febrero-, aunque siguen siendo mayoritarios.