El presidente del Gobierno y del Partido Popular, Mariano Rajoy, junto a la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, al inicio de la reunión que preside hoy del Comité Ejecutivo Nacional de su partido, que analiza la coyuntura económica tras la presentación de la reforma fiscal así como la situación política tras la sucesión en la Corona.

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha alertado hoy de los intentos de una «segunda transición» para «destrozar» todos los logros de la España que acordó la Constitución de 1978, un texto cuya vigencia ha defendido frente a quienes lo cuestionan con una «rebeldía oportunista».

La «número dos» del PP ha inaugurado el campus de verano de la Fundación FAES junto al presidente de esa institución y expresidente del Gobierno, José María Aznar, quien se ha limitado a presentar los cursos y dar la bienvenida a Cospedal y al presidente del Congreso, Jesús Posada, presente también en el acto.

Cospedal ha destacado lo que supuso la Transición y la Constitución de 1978 frente a los enfrentamientos pasados entre españoles y, ante ello, ha instado a preguntarse si es necesario poner en riesgo todo lo que ha costado tanto conseguir.

«Produce estupor, rabia y desasosiego oír algunas arengas que se escuchan en la actualidad de políticos de viejo cuño y que se llaman también de nuevo cuño, que enarbolan esa nueva España del siglo XXI con banderas que no son las del encuentro ni las de la concordia, sino las del hostigamiento y las del miedo», ha advertido.

En esa línea, ha insistido: «Todo lo que sea agitar banderas de rebeldía contra todo lo que sea la concordia es un lamentable error».

Tras instar a actuar contra esas actitudes es cuando ha alertado de quienes hablan de poner en marcha una «segunda transición» y se ha preguntado si el objetivo es la «barbaridad» de acabar con la primera y «destrozar» todo lo logrado.

Para Cospedal, quienes defienden esa segunda transición quieren hacer creer que no hay un Estado democrático, que el poder no reside en el pueblo, que no son posibles todas las ideologías, que no hay separación de poderes y, en definitiva, que no hay un Estado social y democrático de derecho.

Y todo eso existe, según ha recalcado la secretaria general del PP, quien ha defendido el papel de la Monarquía en el proceso democrático frente a los que ponen en duda la legitimidad política del modelo de Estado.

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En ese contexto, ha recalcado la importancia de preservar el papel del jefe del Estado como cabeza de la nación y se ha hecho eco, sin citar expresamente al presidente de la generalitat, Artur Mas, de quienes pretenden darle una tarea distinta a la que le reconoce la Constitución.

«La soberanía nacional reside en el pueblo, en las Cortes, y es misión del Monarca velar por que esa soberanía nacional se respete y por que no se ponga en peligro la unidad de España», ha precisado.

Cospedal ha instado a respetar las reglas del juego y ha señalado que en un momento como el actual, en el que algunos «quieren poner todo en cuestión al albur de que todo tiene que ser nuevo, hay que saber cómo se puede innovar sin destrozar todo lo que ha costado tanto conseguir».

Por ello, ha ratificado su apuesta por el pacto constitucional y ha alertado de que «romper este pacto sin saber a dónde se quiere ir, supone poner en peligro o romper el Estado social y democrático de derecho» y representa una «irresponsabilidad sin límites».

«No podemos reinventar el país cada vez que haya vientos de crisis», ha añadido Cospedal, quien, no obstante, ha asumido que hay que reformar y renovar los pilares básicos que han permitido avanzar en la democracia, pero no hacer que se tambaleen por «necesidades políticas y oportunismos de turno».

Para ella, las novedades necesarias «no pueden tener los aparejos de pensamientos caducos, de viejas políticas populistas ni de viejos clichés».

También ha rechazado la reforma de la Constitución para solucionar problemas territoriales «que algunos están tratando de provocar», al tiempo que ha reiterado que todos los españoles son los que han de decidir sobre la soberanía nacional, no sólo una parte.

«Más allá de lo que se pueda decir en un mitin o en una rebeldía oportunista, no es el momento de emplearnos en estas cuestiones, sino de emplear todas las energías en la acción necesaria que precisa el país», ha añadido.