El presidente de la Generalitat, Artur Mas, saluda a simpatizantes convocados por la ANC, a su llegada al Parlament donde esta tarde se ha aprobado con el apoyo de CiU,ERC, PSC,ICV-EUiA y la CUP, y los votos en contra del PPC y Ciutadans, la Ley de Consultas en un pleno extraordinario. | Toni Albir

El Parlamento catalán ha aprobado este viernes la ley de consultas con 106 votos a favor (CiU, ERC, PSC, ICV-EUiA y CUP) y 28 en contra (PP y Ciutadans), con la que el president de la Generalitat, Artur Mas, tiene previsto convocar una consulta soberanista para el próximo 9 de noviembre.

La ley ha recabado el 78,5 % de los apoyos de la Cámara catalana, si bien el PSC ha votado a favor de la norma pero considera que no puede utilizarse para convocar una consulta de esas características.

Con la publicación de dicha ley en el Diario Oficial de la Generalitat, Mas estará en disposición de convocar la consulta, que el Gobierno recurrirá ante el Tribunal Constitucional.

Centenares de independentistas se han concentrado a las puertas del Parlament para celebrar la aprobación de la ley, mientras que en el hemiciclo PPC y Ciutadans han reprochado que los partidos soberanistas jueguen con «eufemismos» hablando de hacer una consulta para conocer la opinión de los catalanes cuando lo que quieren organizar es un «referendo encubierto» por la independencia.

En la votación, CiU y ERC ha rechazado las 95 enmiendas de PPC, PSC, ICV-EUiA, C's y CUP, por lo que no se han introducido modificaciones al texto de la ley que llegó al pleno y que se gestó en una ponencia en la que participaron todos los grupos, salvo Ciutadans.

Al finalizar la votación, la mayoría de diputados ha protagonizado un aplauso de unos dos minutos, tras el cual el Artur Mas ha abandonado el hemiciclo acompañado de la vicepresidenta, Joana Ortega.

Antes de salir de la sala de plenos, Mas ha dirigido la mirada a la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, a la que ha saludado alzando el dedo pulgar y esbozando una sonrisa.

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En el debate previo a la votación, los grupos que apoyan el 9N (CiU, ERC, ICV-EUiA y CUP) han pedido al Gobierno que «respete» la ley de Consultas y que no trate de suspenderla, porque supone «un instrumento democrático básico».

El diputado de CiU Josep Rull, que coordinó la ponencia de la ley de consultas, ha dicho que esta ley «será la de la consulta del 9 de noviembre», aunque también un instrumento para permitir consultar a los ciudadanos sobre aspectos fundamentales de su día a día.

El parlamentario del PSC Ferran Pedret ha justificado el apoyo de su partido a la ley de consultas en que es «un buen instrumento», pero ha dejado claro que no servirá «en absoluto» para la consulta soberanista y, de usarla para este objetivo, será como dar «un tiro en el pie» a la propia norma.

Por su parte, el portavoz adjunto del PPC en el Parlament, Santi Rodríguez, ha asegurado que la Generalitat «no es nadie para preguntar sobre la independencia de Cataluña», por lo que ha rechazado la ley de consultas con «un triple sí: a la democracia, al Estado de Derecho y a la convivencia».

El presidente de Ciutadans, Albert Rivera, ha avisado de que la ley de consultas es un «desafío» al orden constitucional con la que se pretende convocar un referéndum «encubierto», que cree que puede ser un «trauma» para una sociedad a la que divide, y ha llamado a PP y PSOE a «seducir» a Cataluña y España.

Al inicio del pleno extraordinario, centenares de independentistas -y unos pocos contrarios a la secesión- se han concentrado a las puertas del Parlament.

Al llegar al Parlament al inicio del pleno, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, se ha acercado a saludar a los simpatizantes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) que estaban congregados a las puertas.