La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, ha presentado este martes la nueva campaña «Hay salida» contra la violencia de género dirigida a los jóvenes y adolescentes para detectar las primeras señales del maltrato y prevenir el ciberacoso.

En el acto institucional con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se han leído los nombres de las 45 mujeres que han sido asesinadas este año por sus parejas o exparejas y se ha recordado a las más de 750 fallecidas en la última década.

La nueva campaña, que arrancará mañana en prensa, radio, televisión, medios digitales y exteriores, estará orientada a los jóvenes a partir de 13 años con el eslogan «Cuéntalo» para que entiendan que «la dominación y el control nada tienen que ver con el amor».

«Si tu chico te hace sentir miedo, te controla el móvil, te aísla de tus amistades o te ridiculiza, cuéntalo. Hay salida a la violencia de género», son los cuatro mensajes de los anuncios, que cuentan con un presupuesto de 1,64 millones de euros.

El acoso a través de las nuevas tecnologías se ha convertido en una forma cada vez más común de enviar mensajes insultantes y amenazantes como forma de maltrato entre los más jóvenes, según los últimos estudios de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género.

El 25 de noviembre simboliza «la respuesta global a una injusticia universal» presente desde el principio de los tiempos como es «la violación de los derechos de las niñas y las mujeres por el mero hecho de serlo», ha señalado la titular de Sanidad.

Ana Mato ha expresado el «apoyo incondicional» a todas las mujeres que han sido víctimas de cualquier forma de violencia y ha recordado especialmente a una madre y a su hija desaparecidas de trágica en Madrid.

En su intervención, ha reafirmado el compromiso «firme» del Gobierno de erradicar la violencia contra las mujeres en España, por «un deber de justicia» con las víctimas, sus familias y los ciudadanos.

La ministra de Sanidad también ha querido trasladar un mensaje de «esperanza y ánimo» a todas las mujeres que aún están «prisioneras de la desigualdad y del miedo».

A ellas, les ha pedido fuerza y coraje para «dar un paso adelante y denunciar» porque «son muchas las que ya han conseguido superar el dolor, el maltrato y los abusos».

«No estáis solas. Estamos todos con vosotras, empeñados en terminar con la violencia, desde la unidad y desde la actuación coordinada», les ha recordado la ministra.

Ha resaltado las acciones del Gobierno, las comunidades autónomas, los ayuntamientos, la administración de justicia y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para prevenir nuevos casos, para reforzar la respuesta institucional y para mejorar el apoyo que reciben las víctimas de violencia machista.

En los últimos tres años, ha precisado Mato, el Gobierno ha impulsado «una política de Estado integral, uniendo fuerzas, con la participación de todos».

La Estrategia Nacional para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer es el instrumento vertebrador de las actuaciones del Ejecutivo para combatir cualquier forma de violencia contra las mujeres y sus hijos.

Durante el acto, se han entregado los reconocimientos con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Entre los galardonados se encuentran la profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona, Adriana Kaplan, la revista Mia, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, PSA Peugeot Citröen España, el Coro de Radio Televisión Española, la Congregación de las Adoratrices del Santísimo Sacramento y de la Caridad, la ONCE y las protagonistas del programa «Amores que duelen», emitido en Telecinco.

Una de las supervivientes que intervino en este programa, que aborda casos reales de violencia de género, llamada Dévora, ha tomado la palabra para decirles a las mujeres que «siguen atrapadas» y que «quieren salir», que «vale la pena» y que «busquen ayuda».

«Yo viví esto con 17 años y hasta casi los 20», ha reconocido Dévora, quien ha asegurado que hoy, con 26 años, puede decir que es feliz, aunque ha admitido que no es fácil superar los miedos y las secuelas que quedan.