La diputada de UPyD Irene Lozano, que este lunes dimitió de la dirección del partido, cree que la líder de la formación, Rosa Díez, debería renunciar a su puesto para asumir responsabilidades por el fracaso en las elecciones andaluzas y para permitir la renovación de UPyD.

En declaraciones a la Cadena Ser recogidas por Europa Press, Lozano ha detallado que este lunes ella planteó que debía dimitir toda la dirección de UPyD por llevar al partido a «no obtener representación alguna» en el Parlamento andaluz. «Hemos reconocido el fracaso pero la consecuencia obvia es que alguien tenía que dimitir», ha dicho.

De hecho, ha afirmado que le sorprendió la reacción de Díez dejando claro que no dimitiría y ha avisado de que, como ella, los miembros de UPyD se sumaron al proyecto porque una de las cosas que no le gustaban de la política son las «reacciones de política vieja» como la gente que «se aferra al sillón» y los partidos que dejan de ser «un instrumento para los ciudadanos» y se convierten «en un fin en sí mismos».

Lozano dejó el lunes su puesto en la dirección de UPyD pero ha dejado claro que no se plantea dejar del partido, porque comparte sus fines. Sin embargo, sí confía en que Díez reflexione y «se dé cuenta de que lo primero son los fines y no las personas».

AÚN NO HA PENSADO QUÉ HARA

Según ha dicho, no es una «máquina» y no tiene pensado qué hará si Díez no cambia de postura, pero sí tiene claro que «es el momento de armar e instrumentar una forma de renovar UPyD».

En su opinión, UPyD tiene que explicar los motivos por los que no obtuvo un buen resultado y uno de ellos es que «la máxima dirigente es cuestionada por muchos afiliados y simpatizantes» y éstos también «necesitan una explicación de lo que está pasando» y una demostración de que UPyD hace «política de otra manera». Los afiliados, ha dicho, necesitan saber que no van «al precipicio».

Eso sí, su crítica no gira en torno a la no fusión de UPyD con Ciudadanos: «Para mí lo más importante es hablar de UPyD, no de Ciudadanos, hace falta renovar el partido y hacer un análisis riguroso y no se hizo».

Además, ha dejado claro que cuando el pasado verano criticó al ahora exeurodiputado Francisco Sosa Wagner no fue por pedir una unión con Ciudadanos, sino por «insultar a la gente con la que quería debatir y no plantearlo en órganos internos, sino en la prensa y en un tono de agresión». No obstante, ha recordado que se arrepintió y pidió disculpas por haberle respondido con «adjetivos subidos de tono».

Es más, ha asegurado que los dirigentes que dimitieron el lunes han planteado posiciones críticas en otras ocasiones, pero dentro de los órganos del partido y sin que trascendieran, de modo que han sido «leales».