El secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernard, reconoció ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz haber recibido «aportaciones simbólicas» por parte de Ausbanc para hacer frente a las fianzas impuestas por los tribunales para que se personara como acusación este sindicato que, aseguró, se encuentra en una situación de «preconcurso». «A duras penas podemos llegar a fin de mes», sostuvo.

Bernard señala ante el juez, según la grabación que consta en el sumario, que el contacto con el presidente de Ausbanc, Luis Pineda, se limitó a la prestación de una ayuda letrada en casos puntuales como la demanda contra el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, y, en cualquier caso, no hubo ningún tipo de remuneración.

Tanto Bernard como Pineda se encuentran en prisión acusados de un delito de extorsión. El fiscal le pregunta al comienzo de su declaración si Manos Limpias recibió dinero por parte de Ausbanc. La respuesta de Bernad es que «para nada», pero luego matiza: «En algún momento que nos faltaba para una fianza hablaba por si nos podía echar una mano de 1.500 o 2.000 euros».

Se trata de movimientos que, dice Bernard, están reflejados en los extractos bancarios y que encuadra en «aportaciones mínimas». «Yo diría que simbólicas», precisa. En otro momento del interrogatorio vuelve a negar cualquier financiación por parte de Ausbanc. «No tenemos financiación ni directa ni indirecta, ni publicidad de ningún tipo», señala.

Un informe, 40.000 euros

Gracias a la mediación de Ausbanc, no obstante, reconoce que elaboró un informe para una tercera empresa -de la que dice que no recuerda su nombre pero sí su dirección, en la calle Pintor de Rosales, 30, en Madrid-- por el que cobró «con IVA» 40.000 euros. Se trató de «un análisis completo de temas de corrupción a nivel general y de entidades bancarias», detalla.

Bernard dice que no sabía nada de la posible extorsión de Ausbanc y reconoce que su relación con Pineda se remonta a «mucho tiempo» y que ha comido con él «un par de veces». «Me pareció bien su apoyo en el tema de Blesa», dice sobre las demandas contra el expresidente de Caja Madrid.

«Yo llamo a los que creo que me pueden echar una mano», añade tras ser preguntado por qué opta por Ausbanc y no por pedir ayuda a otras asociaciones. «A Facua por supuesto que no y a Adicae es que ni los conozco», sostiene a preguntas del fiscal.

Miguel Bernard dice al juez que es secretario general de Manos Limpias «con plenos poderes y facultades». «Máximo y único responsable» de este sindicato que tiene una junta directiva que delega en él «amplias facultades», apostilla.

En este sentido, aporta detalles sobre el funcionamiento interno de Manos Limpia, una organización personada en un sinfín de causas judiciales pero con una delicada situación financiera, según su versión. «Poco menos que estamos en un preconcurso. No tenemos nada más que una oficina en un buen sitio y a duras penas podemos llegar a fin de mes», comenta.

Financiación del sindicato

El líder de Manos Limpias sostiene que ninguno de sus abogados cobra ningún sueldo - «otra cosa es la letrada en el caso Nóos», dice sobre Virginia López Negrete-- y que el sindicato se financia con aportaciones de unos 500 o 600 socios. «Pagan cuando les viene en gana porque no tenemos recibidos domiciliados», dice.

La cuota es de 60 euros al año o 30 semestralmente, a lo que se añade «alguna aportación pequeña de algún socio». En cualquier caso, insta a analizar la certeza de su versión pidiendo la información de los últimos diez años, dice, que consta en el Banco Santander.

También existe otra cuenta en el BBVA referente al «contrato mercantil» con una plataforma de afectados de Afinsa que aportó 105 euros «por varias demandas en la Audiencia Nacional» en las que participó Manos Limpias. Posteriormente, esta plataforma denunciaría al sindicato por supuestamente apropiarse de estos fondos, un caso que sigue abierto en los Juzgados de Plaza de Castilla.

Cuando habla de la financiación de Manos Limpias, Bernard se cuida de diferenciar las aportaciones de los socios y el dinero para fianzas, «que van por otro lado» y para lo que, dice, «se recurre a una suscripción popular». «Esa es lisa y llanamente la financiación del sindicato», sostiene ante el juez Pedraz.

Pagos de Ausbanc

Por otro lado, el director financiero y tesorero de Ausbanc, Alfonso Solé Gil, reconoció ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz haber realizado pagos a Manos Limpias «un par de veces». Eso sí, subrayó que las instrucciones de esa operación procedían de «Presidencia": «Nos daban la instrucción y así se lo trasladaba yo a gente de mi departamento», precisó, según la grabación que consta en el sumario a la que ha tenido acceso Europa Press.

Uno de esos pagos procedentes de Manos Limpias, se hizo a nombre de Producciones Zapallar, como se recoge en una de las conversaciones telefónicas que el tesorero mantuvo con Bernard y que fue reproducida durante el interrogatorio.

Solé explicó entonces que la idea de justificar el pago a través de esa empresa --que se dedica a los asuntos audiovisuales de Ausbanc-- sí fue su responsabilidad, pero dijo desconocer el concepto de la transferencia. Eso sí, añadió: «Todo tiene un porqué».

En cualquier caso, aseguró desconocer el «trasfondo» de los pagos: «Para mí es más fácil, son pagos realizados con facturas por servicios realizados», apuntó, tras ser preguntado acerca de distintos pagos a varias entidades.

Y también se desvinculó de participar en acuerdos o convenios de Ausbanc y otras entidades: «Nos pasa el departamento correspondiente una relación con los acuerdos que ha habido, en los que no hemos participado en absoluto, y nos encargamos del cobro de las facturas», insistió en su declaración.

Asimismo, ha negado la existencia de un entramado empresarial detrás de las presuntas extorsiones: «El propietario de todas (las empresas) es Ausbanc. No nos volvamos locos, no se está desviando nada. Al final el dinero siempre queda en el propietario», puntualizó.