Ciudadanos ha presentado este domingo su vídeo para las elecciones del 26 de junio. | Youtube

El candidato de Ciudadanos a la Presidencia del Gobierno, Albert Rivera, ha presentado este domingo a su formación como el partido del «cambio sensato frente a los extremismos» y ha llamado a la participación masiva el 26J, tras el que promete un Gobierno de «cambios» y «acuerdos».

Así lo ha planteado en Valencia, donde Rivera ha participado en un acto con militantes y simpatizantes acompañado del cabeza de lista de Ciudadanos al Congreso por Valencia, Toni Cantó, y la líder del partido en Cataluña, Inés Arrimadas.

En el acto, celebrado al aire libre en un día soleado y ante centenares de personas, se ha desvelado el lema de campaña de la formación, «Tiempo de acuerdo, tiempo de cambio», así como el vídeo electoral, que incide en la necesidad de «algo mejor» frente a «modelos obsoletos», y los carteles, en los que aparece un sonriente Rivera con las mangas de la camisa subidas.

Según ha compartido, desea en estas segundas elecciones lograr la fuerza suficiente para «formar o condicionar» el gobierno «del cambio a mejor», y ha propuesto un pacto a los españoles, a los que llama a votar masivamente y no caer en el desaliento: «Vamos a levantarnos a cambiar lo que han hecho mal estos tíos».

Ciudadanos

«Yo quiero gobernar España, y creo que el 27 de junio habrá un Gobierno, en el que Ciudadanos va a suponer el motor de cambio y se presenta para ser más útil que importante, y cambiar las cosas pero desde el acuerdo y la moderación», ha señalado.

En su discurso, Rivera ha abogado por las políticas de la «moderación», «centralidad» y «tender la mano y ceder», dado que «los peores momentos de la historia de España se han dado cuando había bandos, división», mientras que «los mejores han sido los de los acuerdos», y ha puesto como ejemplo la Transición y la Constitución.

Por ello, ha propuesto en esta campaña electoral «ir contra los extremistas, los que quieren susto o muerte», para lograr un «cambio sensato» frente a los radicales.

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Del mismo modo, Albert Rivera ha considerado que «con pasividad no se arregla el mundo», y ha sostenido que los cambios positivos siempre han venido «de gente valiente, con coraje», y «ahora vivimos un momento político que necesitamos esto».

«Tenemos dos opciones: conformarnos, permitir un cambio a peor, vengarnos de los que lo han hecho mal... o levantarnos y superarnos. Después del cabreo hay que levantarse, y eso lo que representa Ciudadanos», ha aseverado el líder de la formación.

«Ciudadanos ofrece una oportunidad para levantarse. No quiero pensar en la España del cabreo, sino en la de las oportunidades. Podemos cabrearnos y dejar pasar tren o subirnos y propiciar el cambio», ha dicho entre aplausos de militantes y simpatizantes, algunos de ellos ataviados con gorras con la bandera de Venezuela.

En el nuevo Gobierno, no quiere a «los que no hacen nada» o a un presidente «manchado por la corrupción, con manos atadas y mochilas» -en referencia a Mariano Rajoy-, pero tampoco quiere la «libertad» de Podemos, un partido al que Rivera le ha colgado el cartel de «cambio a peor».

A todos ellos, a todos los candidatos a gobernar, les ha retado a postularse para Gobernar «pero sin pedir sillones: que no los pidan, así se verá quién piensa en España y quién quiere sillones», ha dicho después de acusar al líder de Podemos, Pablo Iglesias, de «dinamitar gobiernos porque quiso ser vicepresidente».

En su turno, el cabeza de lista de Ciudadanos al Congreso por Valencia, Toni Cantó, ha justificado el «inicio de campaña» en Valencia en que esta ciudad simboliza «todo aquello que no quiere» Ciudadanos, en referencia, entre otros, a los millonarios «macroeventos» desarrollados aquí -Copa del América, Fórmula Uno, visita del Papa- y con los que se «robó el dinero a los ciudadanos».

«Queremos un cambio. Estamos hartos de tener que elegir entre el despilfarro del PP y un tripartito que miente y culpa de todo a Madrid mientras cuelga banderolas republicanas», ha dicho Cantó junto a dos banderas, la española y la valenciana, que ondean juntas en el paseo marítimo y que, a su juicio, ejemplifican que, frente al separatismo, Valencia es «un pueblo que se no se quiere separar».