Plataformas como Napster y posteriormente Spotify pusieron los cimientos del actual modelo de negocio musical. | Pixabay

¿Te acuerdas de Napster? Probablemente, fue una de las mayores revoluciones en el mundo de la música. No tanto por lo que significó en sí mismo, sino por las consecuencias que tuvo. Abrió la puerta a una nueva forma de entender la música, gracias a internet.

Antes de que llegara internet, la industria de la música se definía por ser una industria discográfica. El propio nombre ya indica cuál era el modelo de negocio: vender discos. Era un modelo de negocio reducido y ampliamente controlado.

Si querías triunfar en la música, tenías que acudir a una de estas discográficas, caer en gracia a los directores y, si ellos creían que podías hacer algo de interés, entonces te publicitaban.

Por el lado del consumidor, éste se encontraba con que no podía conocer tantos grupos de música como desearía, porque estaba sujeto a los designios de las grandes discográficas y los canales de radio.

Sin embargo, llegó internet, y todo esto cambió radicalmente. La gente podía descargarse música de forma prácticamente anónima, y los intercambios no se realizaban desde un lugar centralizado, por lo que era imposible combatirlo.

Lo que pasó a continuación es 'vox populi': la industria discográfica trató por todos los medios de acabar con ello, y, según ganaban algunas batallas, se abrían nuevos frentes. La gente no dejaba de intercambiar archivos mp3 con música cada vez más variada.

Los consumidores se acostumbraron a poder recibir tanta música como querían, en una variedad jamás vista, y sin que un organismo central, como antes eran las discográficas, supervisara qué llegaba a nuestros oídos. Y nos acostumbramos a ello.

La transición de un modelo de negocio a otro ha llevado tiempo, no se puede negar. Pero ya está aquí el nuevo modelo, y podemos verlo en Spotify y en programas parecidos, que permiten escuchar música por un pago reducido.

Finalmente, lo que decían los «piratas» acerca de que la industria discográfica tenía que reinventarse, ha sucedido. Y es que no se le pueden poner puertas al campo.

Música sin derechos

Pero, además de plataformas como Spotify, hay todo otro grupo de músicas que se pueden adquirir de forma completamente gratuita y sin ningún tipo de problema, que es la música sin copyright.

En general, la musica sin copyright es música para vídeos, que se necesita para hacer que, por ejemplo, los vídeos de YouTube queden mejor. Es música en general antigua, que puede encontrarse en webs como FreeAudioLibrary.

Aunque la industria ha avanzado mucho en esta dirección, todavía quedan algunas piezas sueltas, y es que, si quieres utilizar música en un vídeo de YouTube, tienes que pagar muchísimo dinero.

Probablemente, haya un mercado que puede explotarse si se plantea la creación de una especie de Spotify para que los youtubers y otros especialistas del sector puedan utilizar sin riesgo música que está protegida por derechos de autor.

En general, esta música tiene dos orígenes distintos. El primero, es la música para la cual ya han expirado los derechos. La música clásica, por ejemplo, en general no tiene derechos de autor, y se puede interpretar y utilizar libremente, tanto para fines lucrativos como para cualquier otro tipo de fin.

El segundo de los orígenes es el de las personas que, sencillamente, se dedican a crear música y la publican gratuitamente. Por supuesto, la calidad de esta música no siempre es la más alta, pero sí se pueden encontrar auténticas joyas.