La familia de Maloma pide evitar su «matrimonio forzado» hoy en el Sáhara. Maloma Morales | Efe

Los padres adoptivos de Maloma Morales, la joven saharaui adoptada por esta familia de Mairena del Aljarafe (Sevilla) que denuncia su supuesta retención por su familia biológica, se han concentrado este lunes ante el Ministerio de Asuntos Exteriores, junto a familiares de otras mujeres saharauis en situación similar, para reclamar su «repatriación». Les han acompañado Jimena Rico y su pareja, la egipcia Shaza Ismail.

Esta concentración se ha celebrado después de que recientemente, la familia adoptiva de Maloma avisase de que la joven lleva ya 17 meses «secuestrada» por su familia biológica en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia). La joven no obstante, negaba meses atrás a través de un vídeo que estuviese secuestrada, ratificando tal idea en una reciente conversación telefónica con sus padres españoles, junto con la advertencia de que su situación «no es sencilla».

Sus padres adoptivos, no obstante, sostienen que al no contar con libertad para «salir sola» o con un teléfono propio con el que comunicarse sin recurrir a terceros, la joven está «secuestrada» por su familia biológica.

Casos similares

En cualquier caso, a la concentración celebrada este lunes en Madrid, ante el Ministerio de Asuntos Exteriores, han acudido la familia adoptiva de Maloma, así como las familias de acogida de Koria Badbad Hafed, Darya Embarek Selma y Nahjiba Mohamed Belkacem, tratándose en todos los casos de mujeres saharauis adoptadas o acogidas en España y supuestamente retenidas por sus familias biológicas.

También han asistido a la concentración, según ha dicho José Morales, Jimena Rico y su novia, Shaza Ismail Ibrahim, quienes recientemente eran deportadas desde Turquía hasta España, en un convulso periplo iniciado por las jóvenes huyendo del padre de la segunda de ellas, quien habría denunciado su relación homosexual ante las autoridades de los Emiratos Árabes Unidos.

Noticias relacionadas

Las familias que han protagonizado la protesta de este lunes, en ese sentido, exigen al Ministerio «el mismo trato» para las jóvenes de origen saharaui, «que están siendo víctimas de una flagrante violación de sus Derechos Humanos». «¡Repatriación ya!», se leía en la pancarta portada por estas familias.

En paralelo, José Morales ha explicado que a comienzos de mayo remitió una carta al ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Alfonso María Dastis, solicitándole «una reunión personal» para abordar el caso de Maloma.

Que hable España

La familia española de Maloma, que considera que se trata de un caso de «retención» ilegal, reclama que la joven pueda pronunciarse en España, en plena libertad, sobre qué desea hacer, si residir con su familia biológica o con sus padres adoptivos. Desde que allá por diciembre de 2015 sus padres adoptivos denunciasen la «retención ilegal» de la joven por su familia biológica, en el marco de una visita a los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, en Argelia, el caso ha experimentado no pocos giros.

Y es que si bien la familia española de la joven recuerda que la misma viajó a Tinduf «con billete de vuelta», el pasado mes de febrero circulaba un nuevo vídeo, en el que la propia Maloma negaba que estuviese «secuestrada por el Frente Polisario, por Argelia», por su familia biológica o «por nadie». «Estoy aquí porque yo quiero. Es mi deseo estar una temporada con mi gente», enfatizaba, avisando de que «se está formando una bola increíble» en torno a su situación.

Mientras la joven incluso contrajo matrimonio el pasado mes de marzo en los citados campamentos, con la asistencia del consejero político y cultural de la Embajada de España en Argel, Gerardo Fernández-Gavilanes Díez, la familia española de Maloma insiste en que antes del último vídeo y de la boda, ella misma habría trasladado, mediante una conversación telefónica, «que estaba deseando volver» a España.

En cualquier caso, tanto la familia española de la joven como el Gobierno insisten en que lo ideal es que ella pueda pronunciarse propiamente en España, para contar con plenas garantías de que actúa en libertad.