Patrimonio Nacional no ha dejado acceder al Valle de los Caídos a los familiares de las cuatro personas cuyos restos mortales serán exhumadas por orden judicial, cuyos trabajos preliminares han arrancado esta mañana por parte de peritos del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja.

La exhumación tendrá lugar después de que hace dos años el juez José Manuel Delgado Seoane admitiera la petición de Purificación Lapeña respecto a su abuelo y su tío abuelo Manuel y Antonio Ramiro Lapeña. Una sentencia judicial que no se ejecutaba debido al recurso presentado por Cantera en la Audiencia Nacional.

Cuando los familiares, entre ellos Purificación Lapeña, han intentado acceder al lugar una persona les ha comunicado que Patrimonio Nacional no les autorizaba el paso. "No es un buen momento. Los técnicos están haciendo sus labores y necesitan ahora un poco de prudencia y poder trabajar tranquilos. Es la información que me transmiten desde la Presidencia de Patrimonio", ha indicado el responsable de trasladar a las familias este mensaje.

El abogado Eduardo Ranz, que representa a los afectados, ha mostrado su desacuerdo con la decisión y ha pedido explicaciones, señalando que respetan el ordenamiento jurídico y la superioridad jerárquica.

"Entendemos que los trabajos serán profesionales y la solución será la más positivo. Pero no estamos de acuerdo con que nos impidan entrar. Las familias tienen el reconocido derecho a las exhumaciones", ha señalado.

LA FAMILIA LAPEÑA

Sobre qué supone para la familia Lapeña el hecho de que se comience ahora la exhumación de los dos hermanos (fusilados durante la Guerra Civil), Ranz ha explicado que tras seis años de "camino judicial, España va a estar al nivel que merece en Derechos Humanos", y ha apostillado que a pesar de no poder ver cómo van los trabajos en el interior, confían en el buen trabajo de Patrimonio Nacional.

A las puertas del recinto también estaba la nieta que reclama los restos mortales de los hermanos Lapeña, Purificación Lapeña, quien ha lamentado que se haya tardado tanto tiempo en llegar al momento de las exhumaciones, y ha denunciado que ha habido una falta de "voluntad política" por parte del Gobierno.

Tal y como ha explicado Lapeña, sus familiares estarían ubicados y en unas cajas nombradas como 'Los de Calatayud', sin nombres ni apellidos, porque así se hizo con los restos mortales de los que se llevaron sin permiso de sus familiares.

Para ella, el día de hoy supone un hito, "un día histórico", y ya no solo para su familia, sino para "los familiares de desaparecidos". "Represento a mucha gente que está en la misma situación; hay que facilitarles que busquen a sus familiares", ha indicado.

En su caso concreto, Purificación Lapeña ha señalado que cree que por fin su padre podrá encontrar a su padre y a su tío, y ese día "estará contento" a pesar de haber vivido "una guerra y una dictadura".

PEDRO GIL CALONGE.

A las puertas del Valle de los Caídos también se encontraban dos primos, Héctor Gil y Rosa Gil, quienes quieren recuperar los restos mortales de su abuelo Pedro Gil Calonge. Según ha explicado Héctor, Pedro falleció combatiendo con el bando nacional en el frente de Huesca. Fue enterrado en Zaragoza y allí permaneció hasta que en 1961 "fue exhumado si autorización ni permiso de la familia y traído al Valle de los Caídos".

Según ha relatado, para su familia "hoy empieza la solución de esa alegalidad o ilegalidad" y sólo desean que el informe de los peritos sea "rápido y concluyente" para poder llevarse de vuelta a su abuelo a Soria, donde quieren darle sepultura.

Además, han explicado que según han podido saber, lo restos de su abuelo se encuentran en un lugar del columbario de fácil recuperación, por lo que esperan que los peritos permitan su exhumación sin problemas.

Según señala Rosa, la prima de Héctor, el cuerpo está en la quinta galería, "no es un sitio muy malo". "El sótano tiene los huesos más mezclados, pero mi abuelo está en una posición más privilegiada porque luchó en el bando nacional", ha añadido.

Otra de las personas que esperaba poder entrar para seguir los trabajos de los peritos (algo que finalmente no ha podido ser) era Francisco Casado, quien quiere recuperar los restos mortales tanto de su abuelo José Cansado Lamata como de su tío abuelo Antonio Cansado Lamata. Ellos fueron llevados desde su localidad, Ateca, a Calatayud sin dar explicaciones. Allí permanecieron un mes aproximadamente cuando fueron montados en un camión con destino Zaragoza. Pero ese camión se desvió a 20 kilómetros, al llegar a la localidad de Morata de Jalón, donde fueron fusilados.

Francisco Cansado, ha explicado que esperan que, ahora que empieza esta primera exhumación, puedan realizarse más, entre ellas las de su abuelo y su tío abuelo.

FUSILADOS EN CALATAYUD

Los cuerpos que serán exhumanos fusilados en Calatayud en 1936 y trasladados al Valle de los Caídos, al entender que "el derecho a una sepultura digna está indisolublemente unido a la dignidad propia de todo ser humano, con independencia a la forma en la que falleció".

El magistrado acordó que se inscribiera en un registro público que Manuel Lapeña, fundador de la CNT de Calatayud, desaparecido el 27 de julio de 1936 y con acta de defunción del 14 de agosto de ese año, fue fusilado por las autoridades en el barranco de La Bartolina y enterrado en una fosa común, "sin que conste juicio con condena a pena de muerte conforme legislación vigente en el momento de los hechos, con carácter legítimo".

Y que su hermano Antonio Ramiro, tras ocultarse de las autoridades, se entregó en octubre de 1936, y fue fusilado el 20 de octubre de 1936 en la tapia del cementerio municipal de Calatayud, enterrándose sus restos en una fosa común, sin que tampoco conste juicio con condena a pena de muerte conforme legislación vigente en el momento de los hechos.

El juez consideró que existe una "alta probabilidad" de que los restos cadavéricos se encuentren en los columbarios comprendidos entre el 2061 y 2069 de la cripta principal, por lo que entiende que la "única forma de acreditarlo" es a través de la prueba de ADN.

El auto valoraba el criterio del Tribunal Supremo, la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la jurisdicción civil para defender que los familiares de las víctimas tienen derecho a pedir su identificación, regularizar su situación y darles una digna sepultura, lo que supone la entrega de los restos cadavéricos.

MÁS DE 30.000 CUERPOS EN EL VALLE DE LOS CAÍDOS

El abogado de Purificación Lapeña, Eduardo Ranz, explicó a Europa Press que "en el Valle de los Caídos constan más de 33.000 cuerpos y hasta hoy había dos identificados y uno de ellos apodado 'el ausente'. Desde hoy son cuatro, José Antonio Primo de Rivera, Francisco Franco y Manuel y Antonio Ramiro Lapeña Altabás".

Purificación Lapeña, que agotó la vía penal, explicaba en su demanda que su abuelo, Manuel Lapeña era veterinario y su tío abuelo, Antonio-Ramiro Lapeña, era herrero cuando desaparecieron en 1936. Fueron fundadores de la CNT en la localidad zaragozana de Villarroya de la Sierra y tras

Tras ser ejecutados aquel año, los restos mortales de sus familiares fueron trasladados al Valle de los Caídos por orden del Ministerio de Gobernación en 1959. La demandante pidió que se constatara la muerte violenta y se procediera a identificarlos y entregarlos a la familia para que los puedan enterrar donde deseen.