Gráfico de la estimación de voto y escaños. | Metroscopia

Si las elecciones generales se realizaran hoy, el centro derecha no obtendría la mayoría absoluta y el PSOE de Pedro Sánchez sería el partido más votado y podría intentar nuevos pactos con Podemos, los partidos nacionalistas o Ciudadanos.

Las notas más importantes del sondeo que presenta Metroscopia hacen referencia al PP, que perdería 69 escaños y pasaría de ser la primera a la tercera fuerza política de España; a Ciudadanos, que ganaría 38, y a Vox, que obtendría por primera vez representación en el Congreso con 29 diputados. Es decir, que prácticamente los escaños que perdería el PP pasarían a estos dos últimos partidos.

Pluripartidismo

Para Juan José Toharia, presidente de Metroscopia y catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid, el sondeo revela «la eclosión de un sistema pentapartidista: una inédita convivencia, en el tablero político, de cinco formaciones de ámbito nacional, con respaldos en votos no muy dispares. El básico bipartidismo predominante durante tantos años se estaría ahora ramificando en cinco opciones diferenciadas en una clara, y convencional, gradación ideológica: dos en los respectivos extremos (izquierda y derecha) y tres, escalonadas, entremedias. La novedad es la aparición de un nuevo actor, Vox, al que se asocia con el posicionamiento ideológico cuya atribución resultaba hasta ahora más nebulosa. Tendríamos así, ya, una izquierda-izquierda en un polo, y una derecha-derecha en el opuesto».

Para el sociólogo, «una escena pública más poblada puede, sin duda, añadir más complicación a nuestra ya espesa dinámica política; pero puede también abrirle alternativas y variantes no necesariamente fáciles pero, en todo caso, hasta ahora inexistentes.

Por ejemplo, y como primera y más obvia consecuencia, el peso de los partidos nacionalistas periféricos a la hora de configurar posibles fórmulas de gobierno podría quedar severamente reducido, o quizá incluso eliminado, a poco que el nuevo quinteto asumiese la necesidad de alcanzar cualquiera de las múltiples variantes de acuerdos de gobierno a tres que, al menos sobre el papel, resultan pensables.

Por otro lado, un tablero político con cinco protagonistas está, en principio, en mejores condiciones que uno con cuatro, o con tres, de propiciar una dinámica negociadora centrífuga, y no ya centrípeta. Buscar acuerdos y negociaciones menos escorados hacia uno u otro de los extremos del tablero y más en torno al centro del mismo podría resultar ahora más sencillo y políticamente menos gravoso», explica Toharia. Lo cierto es que el bipartidismo ya ha pasado a la historia.