PSOE y Podemos acercan la repetición electoral tras fracasar la negociación para la investidura de Sánchez. | EUROPA PRESS

El último intento de negociación entre el PSOE y Unidas Podemos para formar gobierno ha terminado este martes en fracaso, sin que ninguna de las dos partes haya cedido en sus posiciones de partida y sin que haya visos de que la falta de entendimiento pueda revertirse.

Así las cosas, en los próximos días se espera que el Rey Felipe VI lleve a cabo la preceptiva ronda de consultas con los partidos políticos en la que constatará la falta de acuerdo y que le llevará a disolver las Cortes y convocar elecciones el 10 de noviembre, una vez finalice el 23 de septiembre el plazo de dos meses que fija la Constitución para intentar formar gobierno desde la primera votación de la investidura.

Tras casi cuatro horas de reunión entre los equipos negociadores, los dos partidos han constatado que no es posible el acuerdo, han culpado a la otra parte de mantener una posición inamovible y se han instado recíprocamente a la reflexión, en un intento de poner la pelota en el tejado del adversario y evitar la responsabilidad del fracaso.

Desde el PSOE se dicen dispuestos a volver a la mesa de negociación sólo si Podemos renuncia a entrar en el Consejo de Ministros. Mientras que desde los morados acusan a los socialistas de pretender imponer un Gobierno monocolor y de haber amenazado durante la negociación con levantarse de la mesa si no cedían en este punto.

EL PAPEL DE LA MESA «PUEDE DARSE POR ACABADO»

Fuentes del equipo negociador de Unidas Podemos, han explicado que, tras la reunión de este martes, el papel de la mesa negociadora puede darse por acabado dado que entienden que la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, no tiene intención de volver a convocarles.

Apuntan que durante más de tres horas el equipo negociador socialista les ha tanteado para conocer si había alguna posibilidad de que se movieran de sus posiciones, y se ha limitado a señalar que no podían volver a la oferta de julio, cuando ofrecieron una vicepresidencia y tres ministerios a los morados, porque esa opción ya fracasó entonces.

Añaden que nuevamente durante esta reunión, al igual que pasó con la del jueves, no se han puesto sobre la mesa ni propuestas programáticas ni medidas, y tampoco se ha analizado ningún documento sobre el que se pudiera avanzar. Explican que la delegación socialista no ha dado lugar a ello por lo que ha habido ausencia de contenidos.

DOS GOBIERNOS EN UNO

Desde el PSOE arguyen que fue en la investidura fallida de julio, cuando Podemos rechazó la oferta de gobierno de coalición que le presentaron los socialistas, cuando tomaron conciencia de que la aspiración de los morados por entrar en el Consejo de Ministros buscaba dar lugar a dos gobiernos en uno, sin garantizar la necesaria lealtad al presidente, que vería restringido su margen de maniobra.

Y Sánchez se opone con rotundidad a configurar un ejecutivo así de inestable justo en un momento en que se avecinan desafíos para España como las consecuencias de una salida abrupta de Reino Unido de la UE, los síntomas de desaceleración económica mundial o la reacción a la sentencia del 'procés', por citar algunos.

De ahí que, entre formar un gobierno inestable de la mano de Podemos que pudiera verse abocado a adelantar las elecciones al cabo de seis meses o en un año en la dirección del PSOE se ve más conveniente ir a elecciones ahora buscando una mayoría más robusta que facilite formar gobierno para los próximos cuatro años.

EL PSOE «MIRA A LA DERECHA»

Desde Unidas Podemos defienden la necesidad de que se dé un Gobierno progresista presidido por Pedro Sánchez con ministros morados como garantía de que las medidas programáticas sociales acaban llevándose a cabo. Algo que, aseguran, no ocurrirá si el PSOE gobierna en solitario, porque siempre acaba mirando a la derecha cuando gobierna.

Insisten en que a lo largo de la negociación con los socialistas, el partido de Iglesias ha cedido constantemente cada vez que el PSOE ha visto escollos en el acuerdo. Así, recuerdan que han renunciado a ministerios de Estado, han aceptado el veto del secretario general del partido a estar en el Ejecutivo y han prometido lealtad en temas fundamentales, como el de Cataluña.

Además, indican que si bien hay diferencias programáticas entre ambas formaciones, éstas no serían un problema y sabrían también ceder con el objetivo de que la coalición sea posible. El propio Iglesias aseguraba este martes que si los socialistas vuelven a al oferta de julio, se llegaría a un acuerdo en horas.

LOS LÍDERES, AUSENTES

Esta última ronda de contactos entre PSOE y Podemos ha discurrido sin la implicación de sus respectivos líderes. Es más, Pablo Iglesias tuiteaba este mediodía, en medio de la reunión de los equipos negociadores, sobre el partido que la selección argentina de baloncesto disputaba en el Mundial.

Aunque la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, daba garantías el viernes pasado de que habría una reunión o un contacto entre Sánchez e Iglesias, éste no se ha producido ni hay previsión de que vaya a tener lugar.

En cualquier caso, las declaraciones de unos y otros en estos días no hacían presagiar nada bueno. Minutos antes de la reunión de este martes, Calvo subrayaba la posición «muy inflexible» que percibía en Podemos, mientras Iglesias el lunes culpaba a Sánchez de que con él no se podía negociar.

En el PSOE siempre han señalado a Iglesias como el responsable de no ceder a sus posiciones de máximos. Aunque es cierto que dentro de Unidas Podemos hay miembros más proclives a pactar un acuerdo programático con el PSOE aun sin compartir el Gobierno, el grupo confederal se ha mantenido unido en la negociación en torno a la exigencia de la coalición.