Un agente de la Policía Local de Manacor habla con un conductor pocas horas después de decretarse el confinamiento de la capital del Llevant.

Galicia ha anunciado el cierre perimetral de los principales núcleos urbanos de su territorio para intentar frenar los contagios de la COVID-19: Vigo, Santiago, A Coruña, Pontevedra Ferrol o Lugo, entre otros municipios, prohíben la entrada y salida.

La decisión de la Xunta deja a Baleares, Extremadura y Canarias como las tres únicas comunidades que siguen con sus puertas abiertas desde que se decretó el segundo estado de alarma.

Aunque la presión sanitaria se ha incrementado notablemente en las UCI de Baleares y se están registrando ocupaciones de pacientes de coronavirus tan elevadas como el pasado 1 de octubre (50 enfermos críticos), de momento el Govern considera que el toque de queda (desde la medianoche a las 06:00 horas) es suficiente para combatir la segunda ola.

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No obstante, Salut si ha confinado la ciudad de Manacor, donde la tasa de contagios se había disparado durante las últimas semanas, y ha fijado su mirada sobre Ibiza. En la mayor de las Pitiüses los números también son preocupantes, de ahí que la movilidad esté más restringida (el toque de queda se inicia a las 22:00 horas).

Cataluña, Cantabria y la Comunidad Valenciana acordaron el jueves su confinamiento y la reciente decisión de Galicia eleva a 14 el número de comunidades que han limitado la movilidad a sus territorios, además de la Cudad Autónoma de Melilla. Eso si, hay que tener en cuenta que Madrid se ha inclinado por un plan de cierre por días que arranca con el puento de Todos los Santos.

Son ya unos 31 millones de españoles (casi 38 si se suma Madrid) los que no pueden salir de sus territorios, salvo casos justificados. De momento, Baleares, Extremadura y Canarias se mantienen al margen de esta situación.