Los jóvenes que difundieron datos de políticos españoles explican por qué lo hicieron: "Somos dos chavales aburridos"

La Audiencia Nacional no ha dictado la prisión provisional para los autores, que se encuentran en libertad

Captura de pantalla del vídeo de la detención de Yoel y Cristian difundido en las redes sociales de la Policía Nacional | Foto: Redes sociales

TW
6

La noticia sacudió al país entero: el pasado mes de junio dos supuestos hackers filtraban en un canal de Telegram llamado 'Chat sobre Alvise Pérez', canal de simpatizantes del líder de Se Acabó La Fiesta (SALF) en el que se comparten a menudo teorías de la conspiración y mensajes xenófobos, datos personales como el DNI, el domicilio o el teléfono personal de numerosos políticos españoles de primera línea como la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska o la exministra de Defensa del Partido Popular María Dolores de Cospedal.

Pero esto no terminó ahí: los autores del delito, tras causar revuelo internacional, decidieron dar un paso más y tensar la cuerda al asegurar que no era la última de las filtraciones y que tenían mucha más información que publicar.

El chat, con 90.000 usuarios, fue clausurado, pero las informaciones se siguieron publicando en chats más minoritarios. En una segunda filtración ocurrida días más tarde, los autores del delito filtraron un documento en el que figuraba información sensible acerca de la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol o el presidente de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, entre otros.

Los autores del delito llegaron al extremo de una tercera filtración, en un claro pulso contra las autoridades: según explicó la cadena SER, en ella había información sensible sobre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el presidente de la Junta de Andalucía, el popular Moreno Bonilla, la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y hasta datos de 3.000 afiliados a Podemos.

El pasado primero de julio, agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, en colaboración con agentes del CNI y de las Brigadas Provinciales de Información de Madrid y Las Palmas, detenían en su domicilio a dos jóvenes de 18 y 19 años, Yoel O. Q. y Cristian Ezequiel S. M., naturales del municipio de Agüimes de Las Palmas de Gran Canaria, y requisaban material informático de diversa índole. Dos días más tarde, el magistrado Francisco de Jorge, instructor de la Audiencia Nacional, dejaba en libertad a los dos sospechosos de un delito de de terrorismo y otro delito contra las altas instituciones del Estado tras haber comparecido en el Juzgado Central de Instrucción número 1. Los dos jóvenes siguen siendo investigados, aunque el juez no haya decretado prisión provisional.

Lo grave del caso, que ha sacudido los cimientos del estado y las cúpulas del poder, así como a todos aquellos ciudadanos preocupados por su privacidad, ha sido la chulería con la que han operado ambos jóvenes.

Según eldiario.es, los jóvenes no realizaban un hackeo como tal, sino que utilizaban un bot para rastrear bases de datos, indexarlas y venderlas al público por un módico precio de 60 euros.

Es decir, los jóvenes no forzaban ningún sistema de ciberseguridad, sino que aprovechaban los fallos de seguridad ya existentes en bases de datos para, con ayuda de un bot informático, recopilar toda la información, ordenarla y venderla al mejor postor. Tal y como explicó Yoel en una entrevista que dio en Twitch con la cara tapada, «yo saco bases de datos, las indexo, y la gente, si compra el bot, haciendo una búsqueda de un nombre completo, un número de teléfono o un DNI, puede acceder a toda la información. Así es como he hecho lo de los políticos», según recoge el portal de tecnología Xataka.

Es en la misma entrevista en la que Yoel desvela los motivos que les llevaron a realizar las filtraciones: «Somos dos chavales aburridos», al tiempo que negaba que hubiera una motivación ideológica detrás de sus acciones. «Y como se está destapando últimamente mucho el tema de la corrupción, ¿por qué no sacamos la información a esos políticos y la publicamos? Es un escarmiento», afirmó.

Aunuque minutos después de desdecían, afirmando que «sí, la verdad es que ahora mismo los únicos políticos así que van en contra full de la corrupción y de la izquierda son Alvise y Abascal. Y la verdad es que con no han tenido oportunidad de dirigir el país ninguno de los dos, no sé, yo le daría oportunidad a alguno de los dos», afirmó. Las filtraciones de datos no afectaron a ningún político de ninguna de las dos formaciones anteriormente mencionadas.

Además, el modus operandi evidenció una motivación económica, ya que ambos cobraban dinero por la información: Yoel, bajo el seudónimo de @Akkaspace, estudiante de informática, utilizaba el bot para recopilar la información y posteriormente Cristian, con el nickname @Pakito, se dedicaba a promocionar el bot y a recaudar el dinero de la venta de los datos en una cartera virtual de criptomonedas.

Tras su pulso con la Policía y tras jactarse en redes que no estaban siendo investigados ni detenidos (además de cargar contra periodistas de izquierdas y afirmar que «La mayoría están en programas subvencionados por el Gobierno. Sois periodistas de izquierda. Que no se hagan las putas víctimas»), finalmente fueron detenidos gracias a una operación de una simpleza asombrosa: un agente encubierto de la Policía se puso en contacto con uno de ellos para comprar el acceso a la base de datos, que adquirió por sesenta euros, según un auto de la Audiencia Nacional. A partir de ese momento, los agentes pudieron identificarlos y detenerlos. Hasta ahora no ha trascendido cuánto dinero han ganado con la venta de datos.

Ahora queda esperar a que la Audiencia Nacional dicte sentencia. Mientras tanto, los dos jóvenes siguen en libertad.