La nutricionista Luisa Andrea Solano, docente en la Facultad de Ciencias Biomédicas y de la Salud en la Universidad Europea de Madrid, ha advertido que el consumo excesivo de dulce y alimentos ricos en azúcar, común en estas fechas, afecta de forma negativa al estado de ánimo.
Según ha explicado, diversos estudios apuntan que el consumo elevado de azúcares simples puede inducir cambios en el sistema de recompensa del cerebro y generar una dependencia a la ingesta a corto plazo, así como ciclos de subida y bajada de energía que desencadenan irritabilidad, fatiga y ansiedad.
El aumento de los niveles de glucosa en sangre como consecuencia del consumo de azúcares «estimula una liberación elevada de insulina para reducir la hiperglucemia», lo que puede «derivar en una hipoglucemia reactiva, que se asocia con síntomas como el cansancio, el hambre o el deseo de consumir más azúcares», ha señalado.
De este modo, Solano ha destacado que, además de aumentar el riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo 2 y otras de tipo cardiovascular, «los picos y caídas de glucosa suelen agravar los sentimientos de ansiedad y tristeza en algunas personas».
Para prevenir estas complicaciones, ha recomendado optar por porciones controladas de dulce, sin privarse de su consumo pero ingiriéndolos con moderación, y priorizar alimentos ricos en fibra, proteínas y grasas saludables; sustituir los postres y las bebidas azucaradas por frutas frescas o infusiones aromatizadas sin azúcar.
Asimismo, ha aconsejado que, mientras se come, se preste una «atención plena» a este momento para disfrutar de los alimentos y centrarse en la sensación de saciedad. «Luego, si se consume algún alimento o algún menú más energético, lo ideal es compensar con comidas más ligeras el resto del día, y por supuesto, incorporar algo de actividad física», ha añadido.
En cuanto a los edulcorantes, la Organización Mundial de la Salud señala que no son efectivos para controlar el peso y, además, pueden aumentar el riesgo de padecer determinadas enfermedades. Los expertos de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo) y de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) han dado sus alternativas y recomendaciones al respecto.
Los edulcorantes, recuerda el coordinador del Área de Nutrición de SEEN, Francisco Botella, son sustitutos del azúcar, capaces de «confundir» a los receptores nerviosos de las papilas gustativas de la lengua y transmitir al cerebro la sensación de sabor dulce. «Indirectamente, se ha encontrado asociación (lo que no significa una relación causa-efecto) con mayor incidencia de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, de manera que por un «principio de precaución» la OMS recomienda el abandono progresivo de su uso», afirma Francisco Botella.
Por estos motivos, los expertos de estas dos asociaciones aclaran que es hora de reeducar el paladar e incorporar a la dieta alimentos más naturales como alternativas a los edulcorantes. Además, subrayan que la principal conclusión de la afirmación de la OMS es que los edulcorantes no han contribuido a mejorar la lucha contra la obesidad y el sobrepeso.
La experta hace hincapié en que cuando quieres comerte un dulce, «no es que no te lo puedas permitir, sino que tienes que saber que puede formar parte de tu alimentación, pero no de cada día».
Y en cuanto a la pérdida de peso, los expertos apuntan en que se cree erróneamente que sustituir las cucharadas de azúcar para el té, café, etc por edulcorantes va a tener un efecto positivo «pero lo que se logra es seguir enganchado a su consumo». De nada sirve que vayas a una cafetería y te tomes un café con sacarina y te pidas un croissant
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