Operación Menopausia: cómo cuidar tu cuerpo antes del verano

Foto: fotogurmespb

TW
0

Querida lectora,

No suelo contarlo, pero hace unos días tuve uno de esos momentos que se repiten cada mes de mayo desde que cumplí los 50.

Entré a Zara con la excusa de devolver «una cosita» y, como siempre, acabé en el probador con tres vestidos de temporada en la mano. Blanco, lino, escote cruzado... muy de «yo me veo ideal en mi cabeza».

Me metí sin expectativas. Pero ahí estaba la luz traicionera, ese foco blanco que no perdona ni el alma. Me miré. Y lo primero que vi fueron mis piernas, blancas como el mármol de mi cocina.

Y no solo blancas… hinchadas, «como si mi cuerpo hubiera decidido guardar líquidos por si viene una sequía».

Era uno de esos días en los que te levantas bien, pero por la tarde sientes que necesitarías dos tallas más.

Ya sabes, esa hinchazón que aparece sin avisar y no se va por muchas cosas que hagas.

Porque sí, como muchas de vosotras, me cuido. Como sano, me muevo…

Pero eso no significa que mi cuerpo lo esté aprovechando igual que antes.

La menopausia no es solo una bajada de hormonas.

Es también una ralentización del metabolismo, una menor tolerancia a los carbohidratos, una resistencia a la insulina que aparece sin avisar, y una facilidad para hincharse que parece magia… pero de la mala.

Me senté en el banquito del probador, respiré, y por primera vez en semanas me pregunté:
«¿Qué necesitas de verdad, cuerpo mío? ¿Qué no te estoy dando?»
Hoy quiero contarte cómo cuidar tu cuerpo antes del verano. No para encajar en una talla, sino para volver a sentirte bien en tu piel.

Y sobre todo, cómo darle un empujón a ese metabolismo que, aunque no lo creas, aún puede activarse con los estímulos adecuados.

Ah, y no olvidemos a otro gran protagonista de esta etapa: la temida retención de líquidos.
Durante la menopausia, los estrógenos bajan, la progesterona se despide y el cuerpo entra en modo reserva energética.

¿Resultado? Se redistribuye la grasa (hola, barriga que antes no estaba), aparece retención de líquidos —especialmente en piernas, tobillos y abdomen— y el metabolismo basal, ese que antes te hacía quemar sin hacer nada, empieza a ir en modo tortuga.
Pero no es culpa tuya.

No estás haciendo nada mal.

Es biología.

Y la buena noticia es que tiene solución.

Nada de dietas agresivas, batidos verdes que saben a hierba, ni entrenamientos extremos.
Vamos a cuidarnos desde el equilibrio y el respeto.

Claves de la Operación Menopausia


1. Reactiva tu metabolismo con pequeños gestos.

  • Haz músculo sin romperte.
  • El músculo es el mejor activador metabólico. No hace falta levantar pesas: usa botellas de agua, sube escaleras, haz 10 sentadillas en la cocina mientras esperas que se haga el café.
  • Desayuna proteína. Evita desayunos dulces y empieza el día con huevos, yogur griego, tofu o sardinas. Así evitarás picos de insulina y mantendrás el metabolismo activo.
  • Enfría tu cuerpo. Duchas templadas a frías, caminar al aire libre por la mañana o beber agua con hielo ahora que llega el verano, activan la termogénesis y ayudan a quemar un poco más.

2. Elimina la retención de líquidos sin vivir a base de infusiones

La retención no es solo una molestia estética. Es esa sensación de pesadez, de piernas que no reconoces como tuyas.

  • ¿Por qué pasa?

- Porque al bajar los estrógenos, se desajusta la regulación de líquidos y electrolitos.
- Porque el sistema linfático se ralentiza.
- Y porque comes más sal de la que crees… incluso sin añadirla.


  • ¿Qué puedes hacer?

- Muévete cada hora. Estar sentada mucho tiempo es invitar al edema a instalarse.
- Hidrátate sin miedo. Cuanta más agua bebas, más ayudarás al cuerpo a eliminar líquidos.
- Incluye alimentos drenantes y antiinflamatorios: apio, pepino, sandía, piña, espárragos, hinojo, limón, perejil, caldos vegetales. Añade potasio (aguacate, plátano, calabaza) y magnesio (almendras, cacao puro, semillas).
- Evita embutidos, galletas light, caldos industriales y precocinados: bombas de sal oculta que sabotean tu drenaje.

3. Nutre tu autoestima corporal

  • Mira tu cuerpo con nuevos ojos. No estás perdiendo juventud: estás ganando libertad.
  • Deja de usar la báscula como juez. Usa tu energía, digestión y descanso como referencia.
  • Si hoy te sientes hinchada, obsérvalo. Actúa. Pero no te castigues.

4. Gestiona tu estrés

  • Evita el ayuno prolongado si estás pasando una etapa de mucho estrés.
  • Y añade siempre una cucharadita de aceite de oliva virgen extra en crudo en cada comida: ayuda a movilizar bilis y mejora la digestión de grasas.


Suplementos que activan sin agitar

  • Magnesio bisglicinato o taurato: mejora el metabolismo de la glucosa, reduce la hinchazón y relaja.
  • Berberina: regula la insulina y activa el metabolismo si hay resistencia.
  • Omega-3 en forma de triglicéridos: antiinflamatorio, mejora la composición corporal y el drenaje linfático.
  • Extractos de ortosifón o pilosella: útiles si la retención es intensa.
  • Ashwagandha: si estás estresada, regula el cortisol (que también hincha).

Así que este mayo, no te apuntes a una operación bikini que te castiga.

Apúntate a la operación más importante de tu vida: cuidarte con amor, con ciencia y con intención.

Y recuerda:

Sentirte ligera no significa bajar kilos en la báscula.
Es una sensación real.

Ligereza mental, digestiva, hormonal y emocional.

Y eso, querida lectora… sí que te sienta bien, te sienta de maravilla.

Te escribo pronto, con más consejos, para hacer de la menopausia una etapa de renacimiento y no de resignación y ya sabes si me necesitas, escríbeme a hola@mariajulve.com

¡Cuidando de Ti, de dentro hacia fuera!