Cuál es el tiempo máximo que puedes guardar una lata abierta en la nevera

Imagen de archivo de una estantería de supermercado con comida enlatada | Foto: Pixabay

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En la sociedad industrial los alimentos enlatados conforman una parte importante de nuestro consumo de alimentos. Ya en el siglo XVIII el confitero francés Nicolas Appert inventó el método para conservar comida metiéndola en un tarro de cristal y sometiéndola al calor después para eliminar los microorganismos que pudieran proliferar arruinando así los alimentos. Desde entonces, los materiales de los envases de conservas han ido evolucionando hasta llegar a la comida enlatada.

Berberechos, sardinas, corazones de alcachofas, aceitunas, piña en rodajas... Todos los alimentos son susceptibles de ser preparados y envasados en una lata para el consumo humano. Las ventajas son evidentes: la comida se puede consumir meses o incluso años después de haberse preparado. La logística y el transporte de dichos alimentos también mejora gracias al diseño estandarizado de los recipientes y a la resistencia de los mismos, lo que optimiza los espacios de almacenamiento y previene la rotura del envase y la consecuente pérdida del producto.

Pero todo cambia una vez abrimos la lata. Si bien las fechas de caducidad de los alimentos enlatados suele abarcar muchos meses en el futuro, una vez abierta la lata la atmósfera protectora en la que se envasó el producto desaparece. A partir de ese momento el producto comienza su declive.

Por eso los expertos avisan: una vez abierta la lata no debería estar más de dos días en el frigorífico antes de perder sus propiedades originales. Sin embargo, recomiendan cambiar los alimentos a un recipiente de plástico o de cristal para evitar que la oxidación de la lata contamine los alimentos que contiene.

Otro factor a tener en cuenta son las latas con recubrimiento interior de plástico, ya que contienen bisfenol A, también llamado 'BPA' en la industria alimentaria, un componente plástico relacionado con efectos perniciosos sobre la salud del cerebro y la próstata de fetos, bebés y niños. Por eso, se recomienda guardar los alimentos en un recipiente distinto, ya sea de cristal o de plástico libre de BPAs.

En el nuevo recipiente debemos, además, conservar el líquido original, ya que mantiene las propiedades y el sabor del producto, que debe estar cubierto en su totalidad. Tras el cambio de recipiente podremos conservar los alimentos en la nevera hasta una semana.