Todavía hay muchas personas que llegan a una sesión de coaching esperando que les diga qué hacer. Que les marque un camino, que les dé respuestas, que les diga que es lo que tienen que trabajar a nivel personal o profesional. Lo entiendo. Nos han enseñado a buscar fuera lo que ya tenemos dentro. Es más fácil que alguien nos diga qué hacer que aprender a escuchar nuestra voz interna.
Pero el coaching no va de eso.
Un coach no dirige tu vida.
No te dice lo que tienes que hacer, ni te da recetas mágicas, ni un plan infalible.
Si es eso lo que buscas, probablemente el coaching no es para ti… por ahora…
Un coach te acompaña. Está ahí, presente, escuchando de verdad, reflejándote eso que no estás viendo. Hace preguntas que te sacuden, que te muestran lo que llevas tiempo evitando. Te invita a mirar hacia dentro. Y sí, eso a veces incomoda.
Porque el coaching no solo trabaja con metas u objetivos.
Trabaja con tu mentalidad, con tu sistema de creencias, con las limitaciones que te impiden avanzar. Te ayuda a descubrir qué patrones repites, qué parte de ti necesita tener el control de todo, y por qué a veces esperas que otro venga a darte las instrucciones para vivir.
Y claro…ver esto no siempre gusta. Un coach te acompaña. Te refleja. Te hace preguntas. Y sobre todo, te invita a que seas tú quien descubra qué necesitas, qué quieres, y qué te está frenando para llegar ahí.
Hay personas que al poco de comenzar las sesiones se sienten removidas y lo dejan. Y no las juzgo. No todo el mundo está listo para mirar hacia dentro sin escaparse. Cuesta asumir que no necesitas que te dirijan… lo que necesitas es aprender a confiar en ti.
A veces duele.
Porque ves cosas que preferías no ver.
Porque te confrontas con lo que no has querido mirar.
Y es ahí donde empieza el verdadero cambio.
¿Te has parado a pensar por qué te incomoda tanto no saber qué hacer? ¿Qué hay detrás de esa incomodidad? ¿Por qué necesitas que otra persona te diga lo que tienes que hacer? ¿Qué pasaría si asumieras que tú eres quien debe tomar las riendas de tu vida?
Muchas veces no queremos tomar decisiones porque nos da miedo equivocarnos. Y entonces preferimos que alguien nos diga «haz esto» para poder decir luego «me lo dijeron». Pero eso no es vivir. Eso es delegar tu poder. Es dejar que otros diseñen tu camino.
Y ahí está lo poderoso del coaching: no te da la respuesta, pero te acompaña a encontrarla.
Te ofrece un espacio para observarte sin máscaras. Para que puedas parar y escucharte. Para que puedas sentir lo que llevas años evitando sentir.
Te das cuenta de cómo te hablas, de cuánta exigencia hay en ti, de las expectativas que te están robando la paz. Te haces consciente de lo que estás intentando controlar, de lo que no te permites soltar por miedo a perder algo.
Y cuando, en lugar de escapar, decides quedarte contigo, algo se transforma.
El proceso no te hace depender de nadie. Al contrario: te vuelve a ti.
A tu intuición, a tu poder, a tu capacidad de decidir desde un lugar más auténtico.
Un coach te acompaña a crecer, sí. Pero el trabajo lo haces tú. Y eso es lo más valioso. Porque cuando lo logras, no dependes de nadie. Has aprendido a confiar en ti, a leerte, a sostenerte en los momentos difíciles.
El coach no camina por ti. Pero va contigo mientras tú eliges el rumbo.
El cambio no viene de fuera. Viene de ti. Siempre de ti.
No te prometo respuestas fáciles.
Te prometo preguntas que abren puertas y eres tú quien decide abrirlas o no hacerlo.
No te prometo caminos rectos.
Pero sí estar a tu lado mientras los caminas.
Y poco a poco, recordarás quién eres.
El coaching no es para quien quiere que otro le diga qué hacer.
Es para quien está dispuesto a tomar las riendas de su vida.
No es para tenerlo todo bajo control…
Sino para vivir en paz con lo que venga.
Si estás dispuesto a mirar de frente, a sentir, a incomodarte, a cuestionarte… y buscas una verdadera transformación, estoy aquí para acompañarte.
Escríbeme y te acompaño a lograrlo. esti.roma@gmail.com. Puedes encontrarme en Instagram: @estibalizromana_coach https://anchor.fm/estibalizromanapodcast , www.estibalizromana.com
¡Feliz domingo y abrazo del Alma!
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