Que se le rompa a uno el móvil es un incordio. Tenemos nuestras vidas en ellos y muchos lo utilizamos como una herramienta de trabajo más. A veces, el proceso de reparación es lento y costoso, un argumento más para decantarse por un «Para lo que me cuesta, me compro uno nuevo».

Seguro que han oído a alguien cerca de ustedes decir que los teléfonos móviles actuales, del mismo modo que tantos y tantos productos electrónicos de nuestro día a día, están hechos para durar poco.

Que su vida es limitada, para que de este modo consumamos más. Obsolescencia programada, la llaman. Pues bien. Hay quien desde dentro mismo de la industria se mueve para cambiar estas pautas a favor de la sostenibilidad. Recientemente se ha conocido que Motorola incorporará un kit de reparación que permitirá al usuario reparar él mismo la avería y seguir utilizando su terminal.

Se trata, cuanto menos, de una opción novedosa. La compañía norteamericana se alía en esta aventura con iFixit, conocida por ofrecer manuales, herramientas y tiendas de recambios.

De este modo Motorola se asegura otra vía de comercialización de sus componentes, algunos muy requeridos como la pantalla o las baterías.

Sin dejar de lado ni menospreciar el punto a favor que se anotan en cuanto a valores ligados a su imagen corporativa, presentándose como una empresa comprometida con la racionalización de los recursos y la reducción de la basura tecnológica.