Las pulgas (sifonápteros) son unos insectos que pertenecen al grupo de animales invertebrados de los artrópodos.

Las pulgas (sifonápteros) son unos insectos que pertenecen al grupo de animales invertebrados de los artrópodos y, concretamente, a los hematófagos, al que pertenecen otros insectos como las chinches, los mosquitos o las garrapatas. Son pequeños insectos que no vuelan, pero sí saltan, y que se alimentan de los fluidos obtenidos de los animales o de los seres humanos.

Las reacciones a las picaduras de este tipo de insecto suelen ser locales, esto es, «con picor, enrojecimiento y edema circunscrito en la zona donde pica el artrópodo», destaca la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Sin embargo, en personas susceptibles «puede producirse hinchazón intensa y de larga duración» e incluso reacciones alérgicas sistémicas o generalizadas. La mayoría de estas reacciones suelen ocurrir por picaduras de himenópteros, esto es, avispas y abejas.

Aunque el tamaño de las pulgas es muy reducido, entre dos o cuatro milímetros, «una pulga puede llegar a saltar, aproximadamente, unos 20 centímetros verticalmente y el doble si lo hace horizontalmente», subrayan en Cinfa Salud. Tras saltar al nuevo huésped, estos insectos «se adhieren usando unas pequeñas garras en los extremos de sus patas».

Los síntomas de una picadura de pulga suelen aparecer de forma inmediata e incluyen el enrojecimiento o protuberancia en la zona afectada, así como un picor que puede ser intenso. Aunque normalmente solo origine molestias temporales, la picadura de pulga puede transmitir enfermedades graves como la peste bubónica o el tifus.

A menudo, se suelen confundir estas picaduras con las que otros insectos como las chinches o mosquitos. En este sentido, Boticaria García explica cómo diferenciarlas:

En el caso de que nos pique una pulga, lo primero que hay que hacer es «lavarla bien con agua y jabón», destacan en Cinfa Salud, para retirar el resto de gérmenes y, después, puedes probar a aplicar frío para aliviar la inflamación. No debes rascarte la picadura, ya que podría provocar heridas e infecciones.

Después, «el tratamiento con antihistamínicos orales o corticoides tópicos puede estar indicado para aliviar los síntomas y evitar infecciones bacterianas posteriores. No se deben emplear en principio antihistamímicos tópicos ya que pueden ser fotosensibilizantes», añade Boticaria García.

En el caso de que se produzca una reacción alérgica grave con otros síntomas como la dificultad para respirar o la inflamación generalizada en el rostro, labios, lengua o párpados, deberás acudir a un centro sanitario de forma inmediata.