Las rutas ciclistas, las autocaravanas y la búsqueda de actividades de ocio diferentes marcan el periodo estival.

En este verano en el que el turismo nacional es protagonista y la prioridad la tienen las actividades al aire libre, sea en el campo o en la ciudad, hay una serie de vehículos y medios de transporte que se elevan como las estrellas de los meses estivales, sobre todo por el aumento de su uso.

La Dirección General de Tráfico ya ha notado este cambio en las costumbres de transporte y movilidad y, más allá de la preferencia de viajar con el vehículo particular para salir de vacaciones, se han detectado otros cuatro medios de transporte que destacan por encima del resto.

Una característica que une a los cuatro es que sirven tanto para desplazarse como para divertirse y, por tanto, se convierten también en una actividad de ocio que amplía el abanico de ofertas este verano.

No cabe lugar a dudas de que las autocaravanas y caravanas cada vez son más populares. Permiten viajar y sirven al mismo tiempo de alojamiento, por lo que recortan gastos y transmiten seguridad. Pueden tanto alquilarse como comprarse, depende del gusto del usuario.

Parecía que estaban en decadencia, pero este tipo de 'patinetes' siguen teniendo sus fieles adeptos. Se usan sobre todo en entornos urbanos (por la facilidad de circular en ese tipo de terreno), aunque también hay opciones para recorrer espacios naturales, y con ellos se pueden visitar las grandes ciudades sin esfuerzo (y sin tener que coger el metro).

Las rutas ciclistas son una gran opción para disfrutar del verano. Son seguras, están señalizadas y muchas son aptas para toda la familia. Además, permiten recorrer distancias entre diferentes localidades y hacer un poco de turismo por los municipios de España.

Parece algo de niños, pero no lo es. En España hay un centenar de circuitos y, ante la imposibilidad de acudir como público a los espectáculos de motor de este año, el karting puede servir para que los más foros se desfoguen y se quiten las ganas de adrenalina. ¿Por qué no probar?