La marca de bicicletas ha ideado este nuevo modelo de cuatro ruedas para un uso preferiblemente urbano.

La movilidad del futuro presenta, por el momento, múltiples facetas, pero una característica en común de todas ellas es la búsqueda de sostenibilidad y la reducción de emisiones. Desde taxis autónomos sin conductor hasta pequeños vehículos aéreos tripulados, el abanico de prototipos para la electromovilidad del futuro no tiene fin.

Entre todas las opciones disponibles, sobre todo en el ámbito urbano donde las baterías aquejan menos las largas distancias y disimulan mejor (si los hay) los problemas de autonomía, la conocida marca de bicicletas Canyon ha decidido lanzar su idea de movilidad en el futuro: un coche eléctrico a pedales.

Sin todavía un nombre o un apodo para presentarlo, este prototipo es un híbrido entre bicicleta eléctrica y vehículo de cuatro ruedas. El concepto se basa en una cápsula, a la que se accedería a través de un techo deslizable, y en la que tendrían cabida dos personas posicionadas longitudinalmente.

Es decir, no llega a ser un coche pero tiene más capacidad que una bicicleta o una moto eléctrica. Además, la ventaja sobre los vehículos de dos ruedas es la protección que ofrece contra las inclemencias del clima.

Este 'coche' eléctrico tiene en los planos una batería de unos 2.000 Wh con una autonomía de hasta 150 kilómetros de media. Eso sí: los ocupantes deberían pedalear. Este prototipo es, entonces, un coche en lo que al exterior y la comodidad se refiere pero, a todos los efectos, una bicicleta eléctrica.

En cifras de potencia todavía hay que concretar datos, pero Canyon ha anunciado que el modelo será capaz de alcanzar los 60 kilómetros por hora gracias a la asistencia al pedaleo de la batería. Es esta característica la que impide, por otro lado, catalogar este artilugio de bicicleta eléctrica: su velocidad máxima deberían ser 25 kilómetros por hora.

Este conjunto de característica deja el modelo de Canyon a medio camino entre tipo de vehículo y otro pero reúne las ventajas de ambos: no contamina, es perfecto para circular por ciudad, tiene estabilidad y más capacidad que una bici... ¿Quién se animaría a probarlo?