«A mi madre no le gusta, mi padre lo tolera y mis amigos lo encuentran raro», confiesa Orc, este tatuador brasileño.

Se hizo su primer tatuaje a los 15 años y su primera modificación corporal a los 35, pero ahora, con 41, se ha realizado una intervención para implantarse en su dentadura unos grandes colmillos que le hagan parecer un verdadero orco.

Tal y como cuenta Unilad, actualmente tiene un 80% del cuerpo tatuado y, antes de los dientes, se había hecho algunas modificaciones como tatuajes en los ojos, partirse la lengua en dos, ocho perforaciones bajo la piel o una modificación de las orejas.

Se hace llamar Orc, es decir, Orco, y trabaja como tatuador en la ciudad de Iguatemi, en la frontera de Paraguay y Brasil. «Estoy tratando de ser yo mismo, estas son solo mis ideas, mis inspiraciones que vienen del corazón», asegura el hombre.

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Tiene casi 10.000 seguidores en Instagram y cuenta que recibe multitud de comentarios, aunque la mayoría son positivos: «Me dicen cosas buenas que me motivan a continuar. La gente mala existe en todas partes y siempre está cerca... pero no me preocupan».

Orc entiende que es complicado entenderle, y es que lo vive dentro de su propia familia. «A mi madre no le gusta, mi padre lo tolera y mis amigos lo encuentran raro», confiesa. Aun así, él anima a todo el mundo a que «vivan, sean felices, viajen, amen y hagan lo que quieran», pues «la vida pasa rápido».

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