Ping An, cuyo nombre significa «sana y salva», se encontraba temporalmente en la ciudad de Nantong, China ya que su familia estaba reformando la casa.

La lealtad de los perros no conoce límites, y así lo ha demostrado Ping An, una golden retriever que caminó casi 100 kilómetros para volver con sus dueños después de que la dejaran al cuidado de unos amigos.

Ping An, cuyo nombre significa «sana y salva», se encontraba temporalmente en la ciudad de Nantong, China ya que su familia estaba reformando la casa. A unos 100 kilómetros al este, en Qidong, se encontraba la vivienda habitual de la mascota, una larga distancia que no fue impedimento para que el animal regresara.

Parece que, durante los cuatro meses que se vio obligada a vivir separada de sus humanos, no dejó de pensar en ellos y un día huyó, provocando la tristeza de sus cuidadores que no tenían ni idea de que había ido en busca de sus dueños.

A su llegada a su destino, la perrita fue vista cojeando y con las patas llenas de sangre frente a un edificio de oficinas. Además, según informó Daily Mail, las personas que la encontraron aseguraban que parecía «bastante deprimida».

Se ocuparon de sus heridas y publicaron varias fotos de ella en WeChat, la aplicación de mensajería china más famosa del país, para encontrar a sus dueños. Tras un día, sus humanos la encontraron y se reunieron con ella.

Afortunadamente, tras cuatro meses, Ping An pudo reencontrarse con su familia y seguro que ahora ellos no se separarán de su mascota nunca más. "Has trabajado duro, a partir de ahora quédate en casa. Nunca te enviaremos lejos", le dijeron sus amos en un vídeo que se pudo ver en la red social china. Ahora solo le queda descansar y, tras haber ido al veterinario, curarse de las heridas de su viaje.