Mucho se ha hablado de la demoledora entrevista de Kiko Rivera en la cuestionada el papel de madre de Isabel Pantoja. Las declaraciones del DJ, que se extendieron durante más de cuatro horas, han rellenado horas y horas de televisión.

Así, aunque parece mentira que no se sepa hasta el más mínimo detalle de lo que pasó en la noche del viernes en las instalaciones de Telecinco, aun hay cosas que no se saben. Hasta ahora, ya que Jorge Javier Vázquez, quien entrevistó a Kiko esa noche, ha querido desvelar qué pasó cuando se apagaron las luces.

El veterano presentador relata en su blog de esta semana para Lecturas esos momentos posteriores a la escandalosa entrevista del hijo de Paquirri y la tonadillera que puso patas arriba el mundo del corazón.

«Cuando se apagaron las luces del plató esperé a que atendiera a unos compañeros, me acerqué a él y me ofrecí para ayudarle en lo que yo pudiera. Me lo agradeció», arranca el catalán.

«Acto seguido, me miró a los ojos y me preguntó: '¿Crees que me llamará?». Fui incapaz de decirle lo que pensaba: que no, que no le iba a llamar porque Isabel Pantoja estará pensando otra vez que el mundo se ha confabulado contra ella para sacar audiencia, para ganar dinero. Y supongo que creerá que lo que le hizo Kiko el viernes también fue por dinero, pero no. Podría haber cobrado muchísimo más ne una revista, podría haber mareado la perdiz y negociar hasta la extenuación. Pero lo del viernes no está pagado».

Además, el presentador asegura que lo que hijo el hijo de la tonadillera fue «por cansancio, por agotamiento, por la necesidad de ser escuchado». Y augura malos tiempos para él: «La travesía de Kiko no ha hecho más que empezar. Se adivina tan terrible como convulsa. Se lo dije durante la publicidad: 'Por favor, protégete, acude a psicólogos, ármate emocionalmente porque lo más complicado está por llegar».

Vázquez desvela cómo se vivió la entrevista en plató: «En las publicidades no podíamos dejar de comentar lo que estábamos viviendo mientras Kiko abandonaba el plató para ir a fumar cabizbajo, triste, derrumbado". Y aclara: "Quien piense que Kiko Rivera disfrutó destrozando a su madre se equivoca».