La compra de un coche, sea nuevo o de segunda mano, siempre significa un gran desembolso económico que necesita, cuanto menos, de una mínima planificación. De un vehículo se espera que dure al menos 10 años, ya que este tipo de inversiones no se realizan esperando ningún tipo de beneficio al ser bienes que comienzan a perder su valor nada más poner una rueda fuera del concesionario. Por esta principal razón, es necesario sopesar bien todas las opciones de compra y los factores que influyen en la misma antes de cerrar la transacción.

El precio puede llegar a ser un aspecto determinante y, por tanto, hay que estar al día de los cambios en el mercado así como de las ofertas que proponen las marcas. Nunca está de más echar un vistazo a todas las ayudas disponibles, cualquier rebaja, al final, acaba siendo beneficiosa.

Así, según el Instituto Nacional de Estadística, el precio medio de los coches bajó el pasado mes de siempre en un 0'2%. Este porcentaje puede parecer nimio, ya que en un coste total de 20.000 euros supone 40 euros, pero es la primera vez desde el año 2014 que se registra un descenso en el precio de los coches.

Quizás este abaratamiento se acentúe en estos últimos meses del año ante la entrada en vigor, el 1 de enero de 2021, del nuevo ciclo emisiones WLTP obligatorio, ya que se prevé que encarezca el coste de los vehículos al arrojar mediciones más precisas del CO2 emitido por cada modelo. El límite para no pagar el impuesto de circulación son 120 gramos por kilómetros y con este nuevo sistema se calcula que los coches que lo superen comenzarán a pagar casi un 5% de su precio como tasa. Desde Ganvam y tal como ha recogido Europa Press, un 75% de los coches fabricados en España se verían afectados.

Varias voces del mundo de la automoción han solicitado en repetidas ocasiones una revisión de la fiscalidad antes de que se haga efectivo el cambio de las mediciones, ya que provocará que el precio de los vehículos se encarezca entre 600 y 1.000 euros, como ya ha informado Europa Press.

Así que, teniendo en cuenta una ligera bajada de los precios, un futuro encarecimiento del coste de los modelos de combustible fósil (que siguen siendo los protagonistas del mercado) con más emisiones y las ayudas a la compra que están todavía activas... quizás ahora es buen momento para apostar por renovar el vehículo familiar.