El mantenimiento preventivo del vehículo es una manera de mantener la seguridad vial al volante, ya que la mecánica y las diferentes piezas del coche intervienen en su comportamiento e influyen en la conducción. Las piezas y los elementos desgastados o deteriorados pueden afectar de manera negativa y provocar accidentes de tráfico.

Una de estas consecuencias que afectan a la seguridad vial de todos los que circulan en carretera está relacionada con la distancia de frenado y es importante tenerla en cuenta sobre todo en invierno, ya que la climatología también interviene en la frenada.

La distancia de frenado es el tiempo que le cuesta al vehículo detenerse por completo desde que se pisa el freno. Puede alargarse por varios factores: el estado de la carretera, fenómenos meteorológicos como la lluvia, las heladas o la nieve; y distracciones.

Pero el mal estado de algunos elementos del coche también pueden contribuir a alargar la distancia de frenado. Así, las tres piezas del coche que más influyen y el porcentaje de incremento son las siguientes:

Además, en el caso de conducir a una velocidad elevada, estos porcentajes se verán aumentados, por lo que la DGT recomienda revisar el coche y ajustar la velocidad de conducción al estado mecánico del vehículo y al de las carreteras. En situaciones de lluvia intensa, la distancia de frenado puede incrementarse hasta en un 200%, no permitiéndonos frenar a tiempo para evitar un choque o un accidente de tráfico.