No dormir bien por las noches puede tener graves consecuencias para nuestra salud no solo física sino también mental

Puede parecer una obviedad pero descansar bien es algo clave para el desarrollo y el correcto funcionamiento de nuestro cerebro. No dormir bien por las noches puede tener graves consecuencias para nuestra salud no solo física sino también mental, por eso la mayoría de estudios concluyen que lo idóneo es reposar unas siete u ocho horas diarias. Pero el verdadero descanso no depende tanto de cuantas horas pasemos durmiendo sino de cómo sean esas horas, o lo que es lo mismo, de dónde las durmamos.

Elegir un buen colchón y una buena cama puede mejorar mucho nuestra calidad de vida, y cada vez es más fácil conseguir una buena cama gracias a las ofertas que podemos encontrar por internet.

Ya estemos interesados/as en una cama de matrimonio o en una individual, lo primero es tener en cuenta nuestras necesidades y características. Por ejemplo, si tenemos poco peso estaremos más a gusto en un colchón duro mientras que si tenemos algo de sobrepeso lo ideal será optar por uno más blando. En cualquier caso, el colchón debería tener unos 15 centímetros de grosor como mínimo y de largo lo mejor es que nos sobren unos 10 centímetros al ponernos totalmente estirados/as. No será difícil encontrar uno con estas características ya que están estandarizados en el mercado.

Para sostener ese colchón debemos tener un buen canapé, que sea firme y uniforme para resistir nuestro peso y no ceder. Además, estas bases deben contar con una buena ventilación, algo que mejorará nuestro descanso y alargará la vida útil del colchón. Hoy en día los clásicos somieres de muelles ya han prácticamente desaparecido, y la mayoría están fabricados con fibra de vidrio, carbono o madera

Uno de los elementos que más preocupan a todos/as los/as consumidores/as es la almohada, ya que en ella recae una gran parte de la responsabilidad de nuestra comodidad. Lo ideal es que se adapte al volumen de nuestra cabeza y al tamaño de nuestro cuello, sin ser ni muy dura ni muy blanda.

Si solemos dormir boca arriba la almohada ha de tender a ser baja para no dañarnos la espalda, mientras que si nos tumbamos de lado es mejor que la almohada sea alta. Últimamente se han puesto muy de moda las almohadas que toman la forma de nuestra cabeza, ya que nos aseguramos que esta se adapte perfectamente.

Por supuesto también debemos tener en cuenta el contexto a la hora de elegir cama, pues se trata de un mueble más de la decoración y no de un elemento aislado. Si la habitación no tiene mucho espacio es mejor renunciar a una cama de 135 cm o de matrimonio, ya que ocupará toda la superficie dejando muy poco sitio para transitar o colocar otros muebles. En cuanto a los colores, lo mejor es optar por tonos sobrios como el blanco y materiales como la madera, que combinarán con prácticamente todo sin grandes complicaciones.