Imagen de recurso de una joven usando el ordenador portátil. | Pixabay

La larga exposición a pantallas pasa factura. Es lo que se conoce como «ciberenfermedad», las secuelas físicas tras varias horas frente a las pantallas. Pasar varias horas seguidas frente al ordenador, mirando redes sociales o jugando a videojuegos acaba acarreando consecuencias, tanto para la salud física como mental.

Angelica Jasper, doctorante de Human Computer Interaction de la Universidad de Iowa, en un artículo en The Convertation, achaca al ciberenfermedad a la falta de movilidad y de luz solar. Según Jasper, la naturaleza del ser humano no está hecha para permanecer tantas horas en una misma posición y sin luz natural. A ello, se le añade la sobreinformación y la multitud de estímulos a los que se exponen los usuarios frente a las pantallas.

Tras este periodo de «trance cibernético», es normal que el usuario sufra cierta desorientación. Uno de los principales síntomas de la ciberenfermedad es sentir palpitaciones en los ojos y en las sienes. También es común, al retirar la vista de la pantalla, ver puntitos de colores. La situación es más grave cuando se experimenta, y por tiempo prolongado, un gran sentimiento de cansancio, mareos e, incluso, vómitos. Además, según el equipo de Jasper, todos estos síntomas se han agravado desde el confinamiento, con la popularización del teletrabajo o la educación a distancia, ya que ha aumentado de forma considerable el uso prolongado de dispositivos electrónicos.

Según el estudio publicado por la experta, la mejor forma de combatir los síntomas de la ciberenfermedad es establecer una rutina de sueño de calidad -fundamental para que el cuerpo descanse-, así como mantener una relación sana con las nuevas tecnologías y combinar su uso con una vida activa. Lo ideal, según los expertos, es no pasar largos periodos de tiempo frente a pantallas, sino que ir combinando estos con periodos activos y sin tecnología. Eso sí, para quienes no puedan permitírselo, una buena opción es utilizar gafas que filtran luz azul o agrandar la letra de las pantallas pueden ser de gran ayuda, ya que previenen de la fatiga ocular. El adoptar una postura cómoda se postula también como elemento clave en la prevención de dichos síntomas.