Diferencia de la cuenta de ahorro y cuenta corriente.

Casi todo el mundo tiene una cuenta corriente. Sin embargo, hay otros productos, como es el caso de una cuenta de ahorro, que son menos conocidos y pueden ser igualmente interesantes. Conoce las ventajas y características que tienen estas dos opciones para elegir la mejor alternativa.

¿Qué es una cuenta de ahorro?

Una cuenta de ahorro es un producto bancario que ofrece a sus clientes la posibilidad de obtener una rentabilidad por sus ahorros. El titular de la cuenta deposita el dinero en ella y, a cambio, recibe una rentabilidad en función de los intereses que se le apliquen.

La parte positiva es que el dinero está siempre disponible y su retirada normalmente no se penaliza.

La cuenta corriente, por su lado, permite depositar saldos en ella, que serán utilizados más tarde, ya sea por talonarios, cheques, entre otros medios para retirar dinero. Pero, como su objetivo principal es la liquidez, los fondos de esta cuenta no suelen generar intereses.

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Diferencia entre una cuenta de ahorro y una cuenta corriente

Aunque una cuenta de ahorro y una cuenta corriente sirven para administrar las finanzas personales, hay determinadas diferencias que pueden hacer que una sea más interesante que la otra:

  • Cobro de comisiones: cada vez son más las opciones para abrir una cuenta bancaria sin comisiones, pero es fundamental informarse con la entidad de las comisiones o tasas de mantenimiento que implican la apertura de una cuenta corriente o de ahorros, que pueden ser diferentes.
  • Rentabilidad: en las cuentas de ahorro se obtienen unas ganancias por el dinero total que se mantenga. Por el contrario, las cuentas corrientes por lo general no ofrecen ningún tipo de rentabilidad.
  • Servicios adicionales: las cuentas de ahorro no suelen ofrecer ni tarjetas ni la posibilidad de uso de cheques porque no son cuentas de pago; su finalidad es exclusivamente el ahorro.

Requisitos para abrir una cuenta de ahorro

No hay una regla predeterminada con respecto a los requisitos que se solicitan al abrir una cuenta de ahorro. Cada banco establece los suyos propios, aunque hay algunos que se repiten en la mayoría de los casos:

  • Es necesario ser mayor de edad.
  • Debe tratarse de una persona física.
  • Hay que tener un documento de identidad nacional (DNI) vigente.

Con respecto a la información personal que se solicite y al ingreso mínimo para poder abrir la cuenta, esto también lo determinará cada entidad. En algunos casos, las entidades financieras gestionan esto mediante un proceso más largo y complejo desde sus oficinas, cosa que no ocurre cuando se abre una cuenta de ahorro online, donde solo se requiere ser previamente cliente del banco, ser mayor de edad, tener DNI o NIE y tener conexión estable a internet.

Ventajas de poseer una cuenta de ahorro

Atrás quedó la época en la que se guardaba el dinero debajo de la cama. Las ventajas de tener una cuenta de ahorro son múltiples:

  • Ofrecen una mayor facilidad para acceder a ellas, pues la mayoría de los bancos disponen de este tipo de cuentas. Además, en algunos casos, no se establece una cantidad mínima de dinero que ingresar.
  • Tramitar su apertura es un procedimiento que, por lo general, se puede hacer a través de un ordenador y en pocos pasos, ya que los requisitos suelen ser mínimos.
  • Son más seguras porque se vincula con la tarjeta de débito, con la que se pueden hacer pagos incluso desde el móvil.
  • Se recibe, cada mes, un resumen del estado de la cuenta de ahorros. En él se reflejan los movimientos y los detalles de cada gasto o ingreso.
  • Generan intereses a favor del titular, lo que hace que los fondos de ahorro crezcan.
  • Se puede controlar los gastos y crear un depósito de dinero a largo plazo.

Hoy en día tener una cuenta de ahorro permite administrar mejor los gastos con el objetivo de ahorrar. Y si con ello, se obtiene rentabilidad, todavía mejor. Por eso, vale la pena abrir una cuenta de ahorro y sacar provecho de todas sus ventajas.