En ciernes de fin de temporada, reflexiono y veo que son muchas las torpezas que hemos cometido en esta malherida isla. Muchas que darían para escribir, no una simple carta, sino un libro bien grande que podría servir de postgrado en muchas facultades. Bien es verdad que gracias al empuje del sector privado sobre todo y la enorme iniciativa que este tiene, ha habido muchos aciertos dignos de mención y también para escribir un libro. Gracias a ello hemos llegado donde estamos. A partir de aquí y todos los sabemos, el futuro empieza a ser incierto y habrá que escribirlo entre todos.

Pero para ir al grano, viniendo el pasado martes del aeropuerto hacía Santa Eulalia, me causó profundo impacto y desosiego (por la intensidad y repetición de los mensajes) el encontrarme decenas y decenas de vallas con los mensajes repetitivos de Discotecas, Beach Clubs, Dj’s venidos a más y otros a menos que quieren ser más. Y así una detrás de otra en una sucesión de carteles inédita en un destino como Ibiza. Nada más y sólo vallas luminosas y sin luz de todas las formas y colores, recibiéndonos a nuestra llegada a Ibiza y acompañándonos hasta el último rincón de la misma. Ensuciando nuestros sentidos y precepciones y el entorno más inmediato de la llegada a Ibiza y nuestros viales. Con las que impiden la visión de un entorno, aún hoy, de gran atractivo visual.

Que con su ruido silencioso, crispan al conductor, al visitante y al residente. Una continuidad, insistencia y repetición en el mensaje machacón de la industria del ocio y entretenimiento. Una contaminación visual en la que contribuyen de manera activa y efectiva todos estos anunciantes, que son los que dicen velar con mayor celo, por los intereses de Ibiza y sus valores naturales.

Acaso no les parece esto una aberración visual y contaminante? Acaso no les parece que sus locales se van a llenar igual inunden o no de carteles nuestra querida isla? Acaso no piensan que el público que viene a Ibiza ya tiene decido mayoritariamente los locales que quiere visitar? Acaso no hay otros muchos soportes para anunciarse muchos menos agresivos con nuestro entorno?

Acaso no es el sector el que se erige como principales valedores de una Ibiza en la que todos podamos convivir de manera pacífica y selectiva?

A todas estas empresas y empresarios me dirijo para hacerles reflexionar y pedirles que la primera contribución que deberían hacer, es dejar de llenar de ruidosos y contaminantes carteles nuestra isla. Espero y deseo como me decía uno de los acompañantes de mi vehículo, que no sea necesario realizar una movilización social o llamamiento al público que aún quiere a esta isla por encima de todo, para dejar al menos de prescribir y recomendar todos los locales que no respeten nuestro entorno y contribuyen a la degradación de nuestra isla.

Ya está bien de contaminación visual, ruido silencioso y que todo sea un desfile de vallas sin fin de temas relacionados con el ocio y la música, que no captan la atención de nadie, más allá de la irritabilidad que supone para cualquier ibicenco o turista de ver que Ibiza, con todo lo que ha sido y aún es, la van a convertir en “Little Vegas” y eso Srs, eso no tengan ninguna duda y ya empezamos a ver alguna muestra evidente. Eso sería nuestro fin.