El Plan Director Sectorial para la Gestión de los Residuos Urbanos de Eivissa y Formentera aprobado en 2001 contemplaba la construcción de dos instalaciones que se ubicarían en el recinto de Ca na Putxa: una planta de triaje o selección y otra de metanización para el tratamiento de los fangos de depuración. El objetivo era aligerar el volumen de residuos que se depositan en el vertedero mediante una selección que permitiría su posterior aprovechamiento en las plantas transformadoras correspondientes. En 2003 se formalizó un acuerdo entre el Consell de Ibiza y la UTE Giref para la construcción de dichas instalaciones. Cuatro años más tarde, la adjudicataria solicitó la modificación del Plan Director de Residuos con el objetivo de cambiar la biometanización por el compostaje aduciendo que la experiencia obtenida en otros lugares daba como resultado múltiples dudas acerca de la viabilidad técnica y económica del proceso. Se firmó un nuevo contrato que incluía un cambio de metanización a compostaje y que diez años más tarde fue declarado totalmente ilegal por parte del Consell Consultiu de Baleares.

Se cerraba así un período nefasto durante el cual, todas las administraciones que han estado al frente de la isla, han contribuido con su acción u omisión a que se demorara, puede que irremisiblemente, el desarrollo de una gestión directa y eficaz en la recogida y tratamiento de los residuos. Recordábamos en el anterior escrito que la UE marcó el 2020 como el año en el que debíamos reciclar, al menos el 50% de nuestros residuos, con la consecuencia en caso de no lograrlo de fuertes sanciones, situación que se agrava en el caso de ca na Putxa pues la normativa europea deja bien claro que aquellos vertederos en los que se depositen residuos sin tratarlos en dicha fecha serán considerados ilegales. Este objetivo será imposible de cumplir sin la planta de triaje y cuando se tomó la decisión de su construcción en el 2003 ya se sabía que era la piedra angular del Plan Director. Es por eso que después de 15 años en los que no se ha adelantado nada en este sentido, las preguntas se agolpan:

- ¿Por qué no se realizó un estudio técnico más profundo en 2003 siendo un proyecto de gran envergadura que debía marcar la gestión de las siguientes décadas? Si solo 4 años más tarde se realizó un cambio en la filosofía de trabajo es porque no se tenía muy claro la apuesta inicial y esto indica la dejadez con la que se estructuró esta área.

- ¿Por qué se ha seguido explotando el vertedero sin haber descontaminado previamente? Actualmente, las celdas donde se depositan los residuos se pueden sellar sin peligro pero cuando se tomo la decisión de adecuar el vertedero se debía haber limpiado el vaso para evitar que los lixiviados siguieran penetrando en la tierra y con ello, contaminando los acuíferos. Lo que se hizo fue tapar la basura que ya estaba y esa contaminación sigue afectando a las masas de agua de la zona. Hay en la isla 17 canteras abandonadas que reúnen los requisitos necesarios en cuanto a formación geológica del terreno, distancia de zonas habitadas y ausencia de riesgos por contaminación medioambiental que podrían haberse utilizado mientras se limpiaba y/o se construían las plantas.

- ¿Por qué han transcurrido diez años, ¡¡¡ 10 !!!, desde la firma del segundo contrato entre el Consell y la UTE Giref hasta el dictamen negativo del Consultiu? Durante todo este tiempo, hemos leído y escuchado numerosos titulares informativos que, año tras año, nos informaban del "próximo inicio de las obras para la construcción de la planta de triaje". Mientras crecían los comentarios que decían que no merecía la pena separar las basuras porque al final se volcaban todas juntas en el vertedero. La conciencia ciudadana se va deteriorando poco a poco pues no se ven resultados y llevamos años estancados en torno a un 15% de reciclaje de las basuras generadas.

Todo esto no hace sino evidenciar una vez más el poco interés que siempre ha suscitado la defensa del medio ambiente en los partidos políticos que se han turnado para gobernarnos. Siempre han primado los intereses económicos sobre la defensa de la tierra y el mar que son los que nos proporcionan los recursos. A nadie se le escapa que si verdaderamente se quisiera atajar el problema y encauzar una línea de trabajo para su solución se podría conseguir pues medios suficientes hay para ello. Ahora, cuando los síntomas en todo el planeta empiezan a ser más que preocupantes, a todos se les llena la boca con la defensa del medio ambiente.

Situándonos nuevamente en la actualidad, la encrucijada después del dictamen del Consultiu ha llevado a una toma de decisión por parte del Consell. Se ha recuperado el plan inicial de 2003 (biometanización) y se abrió un plazo de 2 meses para que la empresa adjudicataria elaborara un informe técnico adaptado a la realidad tecnológica de hoy día. Y no parece que se haya mejorado mucho pues ya ha transcurrido dicho plazo y seguimos sin tener sobre la mesa este informe pues la UTE Giref ha pedido más tiempo para completarlo y el calendario sigue avanzando. En dos años ha de estar acabada la obra y ejecutándose el correspondiente reciclado de los residuos. Convendría saber cuánto antes que modificaciones sobre el plan inicial se introducen, qué coste adicional van a suponer, qué tratamiento van a tener los lodos y si se van a poder aprovechar en su totalidad… Si vamos a iniciar un proyecto que nos guíe durante años, que tenga un buen cimiento. No podemos permitirnos seguir mareando la perdiz mientras la basura sigue ganando terreno.