Mi nombre es Mercedes Reyes Ariza, empecé a trabajar como funcionaria en 1978, en la Delegación de Turismo, por lo tanto, llevo trabajando para la administración más de 40 años. En la actualidad, soy la encargada de los expedientes de restauración y de oferta de entretenimiento.

En todos estos años he comprendido que, por mucho que estés al pie del cañón y que trabajes como el que más, si no tienes un «colega» en el equipo de gobierno te puedes morir de asco que no van a reconocer tu trabajo.

He visto a compañeros/as, que no daban un palo al agua, ascender porque eran amigos de algún cargo de confianza y sin embargo, en mi caso, mis solicitudes de reconocimiento quedaban en el olvido.

Me jubilo y después de más de 40 años, mi pensión será de risa, por no llorar, porque no perdí el tiempo detrás de ningún político de turno.

Con el anterior equipo de gobierno, PSOE/PODEMOS, me dijeron de palabra, unos meses antes de las últimas elecciones, que se haría dicho reconocimiento a través de un nombramiento como jefe de negociado. Nombraron a muchos otros, pero…., como perdieron las elecciones, me quedé en las puertas.

La última solicitud para que mi trabajo fuera reconocido la tramité a raíz de las últimas elecciones, en este caso, el PP. Pero es igual de qué color sea el gobierno, todos actúan igual.

Cuando oí hablar del actual presidente del Consell (éste estaba presentándose para su candidatura) creí entender que cuando él llegara al Consell, pondría a cada funcionario en su lugar y pensé: «¡mira qué bien!, este Sr. va a ser distinto», pero qué va… todos son iguales.

Las cosas en este Consell son así porque las jefaturas no salen a concurso, como tendría que ser para que todos los funcionarios puedan acceder en igualdad de condiciones.
Por lo tanto, no, no todos los funcionarios somos unos privilegiados.