Toda una vida trabajando y ahorrando cuatro perras para algún día comprar una pequeña embarcación de apenas tres o cuatro metros –el ochenta por ciento de las veces se adquieren de segunda mano–. Ese pequeño ahorrador enamorado de la pesca deportiva que a veces va junto a su hijo o nieto, o simplemente a saborear la brisa marina una mañana temprana. Ese pescador que lleva 20 o quizás 30 años ocupando una pequeña parcela en el mar con un bloque de hormigón casero, al que en su día le dijeron: «El mar es todos, solo hay que respetar las zonas de los bañistas».

Pero en cambio, actualmente, está claro que no se ha tenido ninguna sensibilidad con los daños colaterales causados a los residentes de pequeñas embarcaciones. Se han priorizado los objetivos económicos de las quejas de los chárter legales por el uso de fondeos no regulados por parte de chárter ilegales. Acaso no era más fácil poner inspecciones vigilando actividades lucrativas ilegales, que tirar por el camino de en medio retirando todos los fondeos de hormigón con alto coste para los contribuyentes, entre los cuales se encuentran los propietarios de esas pequeñas embarcaciones.

Porque la excusa de la posidonia no se la cree nadie. Lo que más perjudica a la posidonia son las grandes anclas de los grandes yates. Los muertos de hormigón, si se pone una boya intermedia de modo que la cadena no esté en el fondo borneando tienen un impacto muy inferior al de las anclas. Además, en todo caso, lo de retirar fondos no regulados, sin dar alternativas, no soluciona el problema, únicamente lo desplaza más allá de la nueva demarcación de línea de baño, pues más allá seguirán apareciendo fondos no regulados.

Y cuando presentamos escritos y quejas verbales en el Ayuntamiento, pidiendo campos de boyas o, en su defecto, ampliar el número de rampas de varada, la respuesta siempre es la misma: «Demarcación de Costas funciona muy lento».

Y si es así, no hubiera sido más coherente que primero solicitarán permisos para las diferentes alternativas que ayudaban a pequeñas embarcaciones de particulares y después de que Costas lo autorice, entonces se retiran los fondos no regulados. Porque hace años que no hay amarres disponibles en el puerto; y en las boyas ecológicas del Náutico, tampoco.

Para la retirada de los fondeos han tardado una semana y no han tenido que esperar el permiso de Costas.

Es todo un cúmulo de despropósitos, donde los más afectados han sido los más débiles. Las empresas de chárter ilegal van a seguir operando, pero el pobre jubilado ibicenco que tenía su barca para pasear con la familia e ir a pescar, a este le han quitado la ilusión.

Eso sí, las clases altas, famosos, deportistas, estos seguirán viniendo a divertirse con grandes yates, disfrutando de los amarres y boyas ecológicas sin problema, y fondeando sobre la posidonia (el TSJB acaba de anular el régimen sancionador del Decreto de 2018 sobre fondeos en Posidonia)