Solar de Talamanca. | Arguiñe Escandón

Este periódico anunciaba en la portada del pasado domingo dia 22 que el marido de Pilar Costa asesoró a la promotora del pelotazo de Talamanca. Un pelotazo consistente en la modificación del deslinde de una parcela, conseguido en un tiempo récord y en plena pandemia y en el que han intervenido tres administraciones: la demarcación de Costas de Baleares, el Ministerio de Transición Ecológica y el Ayuntamiento de la ciudad de Ibiza. Un auténtico éxito para la promotora que vió como en un «pis pas» se multiplicaba el valor de la citada parcela.

Valga esta introducción para abordar el tema que desde hace unos días tiene soliviantados a los vecinos de Sta. Gertrudis. Se trata del viejo y conocido polvorín, un recinto que desde hace años es objeto de deseo de todos los benefactores -especuladores que por ahí andan.
Pero hagamos un poco de historia. El Polvorín de Sta. Gertrudis junto con Sa Coma pasó del Ministerio de Defensa al Consell de Ibiza, supongo que por un módico precio, cuando dejó de ser útil como instalación militar, una inestimable herencia para la población de esta isla donde como es sabido todo el suelo es privado, prácticamente no existe suelo público.

¿Y qué pasó después? Pues que mientras Sa Coma sigue perteneciendo al pueblo de Ibiza y alberga instalaciones educativas, de servicios, de saneamiento etc.. el Consell, que por lo visto no sabía qué hacer con el Polvorín, lo puso en venta y así pasó a manos privadas, foráneas por más señas. Craso error, un auténtico pecado capital cuya penitencia, faltaría más, pagan los vecinos.
Recordemos que el polvorín está ubicado en una finca de 62.000 m2 de los cuales 25 mil están calificados como suelo rústico forestal. En total existen unas 11 construcciones, 4-5 en superficie y el resto son túneles.

Hace unos 6 años, creo que fue el 2017, «Ideas de Ibiza S.L.», actuando en nombre del propietario del recinto, un promotor cultural y empresario, intentó reconvertir el Polvorín de Sta. Gertrudis en un «complejo turístico-cultural» , proyecto que afortunadamente no llegó a buen puerto por cuanto no cumplía ni de lejos la normativa vigente, tanto la municipal como la de la comisión balear de Medio Ambiente. Y de haberla cumplido precisaba finalmente la declaración de interés general que era, y sigue siendo, competencia del Consell Insular.

«Anit passada ja hi erem i anit hi tornam a ser» dice el refrán ibicenco. Pues eso. Me consta que los actuales propietarios del Polvorín pretenden reconvertirlo en un complejo cultural, no se si también turístico, me extrañaría si así no fuera, y a tal fin y como primer paso han presentado ya el proyecto en el Ayuntamiento de Sta. Eulalia y en el Consell.

Desconozco quién o quienes asesoran a los promotores pero en todo caso deben saber que un proyecto de esta envergadura tiene un largo recorrido y que tendrán enfrente a todo el pueblo de Sta. Gertrudis, cuya AA de VV se personará como parte afectada allí donde sea necesario y tantas veces como sea necesario.