¿Para qué apuntamos a nuestros hijos a un equipo de fútbol?

Un momento durante el entreno del Puig d’en Valls infantil femenino. | Irene Arango

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La primera respuesta que se me viene a la cabeza es porque al niño o la niña le gusta, pero esta respuesta conlleva muchas más cosas positivas: porque va a hacer deporte, porque al ser parte de un equipo va a aprender a ser solidario, porque pondrá por delante los logros colectivos que los individuales, poque tendrá que tener una disciplina y habitos saludables si quiere crecer dentro del fútbol (y fíjense que digo crecer dentro del futbol y no ser futbolista que eso lo consiguen muy pocos), porque estará dentro de un círculo de amistades con las que crecerá y compartirá tanto momentos buenos como malos y no solo hablo de victorias y derrotas, porque no hay nada más bonito en el campo que caerse o que le tiren y encontrar frente a tí la mano de tu compañero o de tu rival que te ayuda a levantarte.

Todas esas cosas se aprenden desde el fútbol formativo, desde las «escuelitas» de los clubs y las categorìas más jóvenes, pre-benjamines, benjamines, alevines etc. y son valores que si están bien inculcados prevalecen en las categorias de los «grandes», infantiles, juveniles y por supuesto en aquellos que van más allá.

Gestos como el que ocurrió en el partido Portmany - Inter de pre-benjamines, en el que tras una cesión al portero del Inter este la cogió con la mano, lo que supone un tiro indirecto, por inexperiencia y nervios, cediendo el Portmany el balón a saque de puerta sin querer aprovecharse de esa circunstancia, muestran claramente lo que es un club señor, eso y la actitud de los padres de los chicos animando en todo momento a su equipo desde el respeto y la deportividad. Eso es futbol formativo de VERDAD, con mayúsculas.

Por eso choca tanto la actitud, un par de jornadas después, del entrenador y padres del equipo pre-benjamín de otro de los equipos «grandes» de nuestra isla. La UD Ibiza, Durante el partido estuvieron «molestando» al portero del Inter, chaval que apunta maneras, que paraba todo lo que iba a puerta. El chico con 7 años es más alto que el resto, por lo que tanto padres como entrenador de la UD achacaban a su buena actuación que tenía más edad que la que su ficha indica, ficha que ya había sido entregada al árbitro tal y como es obligatorio antes del partido. En el descanso del encuentro «convencieron» al árbitro para someter a los chicos del Inter a un tercer grado sobre su edad, interrumpiendo el correcto devenir del encuentro y poniendo, sobre todo al portero, en una situación de estrés y nervios inmerecida para un niño de 7 años. De existir esa sospecha se tendría que haber elevado una queja a la federación y no permitir el árbitro que se sometiera a los niños a un interrogatorio en mitad del partido.

NO señor entrenador de la UD pre-benjamin, no todo vale para ganar, el Portmany equipo con el que se están jugando la liga podía haber tirado a puerta en la jugada de la cesión y posiblemente no les hubiera costado los dos puntos del empate final y usted puso a unos niños de 7 años en una situación del todo estresante e incomprensible para ellos.

Para acabar señor entrenador de los prebenjamines de la UD solo puedo darle las gracias porque nuestro portero, que según usted debe rondar los 12 años, volvió a cometer el mismo descuido, coger el balón con las manos ante la cesión de un compañero (igual tuvo que ver algo el estrés al que se le sometió) y ustedes tuvieron el bonito y deportivo gesto de ceder el balón a saque de puerta, que lástima que un desperfecto en el cesped hiciera que se desviase y acabara en gol; enhorabuena por la victoria, ganarán muchos puntos pero estoy convencido que pocos admiradores.