Desde que Podemos irrumpió en el panorama político español se intentó desprestigiar a la clase política que hasta ahora había gobernado en este país. Para los dirigentes de Podemos, los políticos del PSOE y del PP, sobre todo, eran casta. Eran políticos que se habían acomodado en el sistema y que convenía acabar con ellos. Con este mensaje, sin distinguir entre políticos que han trabajado en favor de la sociedad y aquellos que se han corrompido, Podemos ha empleado mensajes contundentes, sin matices ni ambigüedades. Este mensaje ha calado en la sociedad y por ello ahora nos encontramos como un Podemos que no solo aspira a entrar en las instituciones españolas y autonómicas sino que incluso pretende ser la fuerza más votada.

El verdadero Podemos. En su creación, Podemos se ha reunido de personas de toda índole, casi todos de izquierdas, muchos procedentes de la izquierda radical y sin negar una simpatía por el comunismo. El problema se produce cuando estos partidos políticos que supuestamente nacen del pueblo, para el pueblo, no realizan los filtros necesarios para conocer quienes se presentan para liderar, encabezar, y promover un proyecto político y, además, cambiar radicalmente el sistema democrático.

Hechos muy graves. En la edición de hoy publicamos que José Oliver Martínez, vecino de Eivissa y miembro del Consejo Ciudadano de Podemos de Balears, fue condenado a 20 meses de cárcel por tráfico de drogas. La condena hubiese sido mucho peor pero los jueces tuvieron en cuenta algunos atenuantes del condenado. El juicio se celebró en octubre de 2013 en la Audiencia Provincial de Balears. Sin duda, un hecho que ha pasado desapercibido para los dirigentes de Podemos, un asunto delicado, grave, que debería acarrear consecuencias inmediatas en la formación que lidera Alberto Jarabo en las Islas. ¿Podemos quiere que una persona condenada a cárcel por tráfico de drogas se erija en modelo político? Puede que estos dirigentes de Podemos no sean la casta, pero evidentemente tienen un pasado y no demasiado ejemplar.