China ha puesto Balears en el punto de mira de sus inversiones turísticas, una estrategia de la que el hotel Valparaíso –que cumple el cuarenta aniversario de su inauguración– sería su punta de lanza. El dinamismo de la economía china, que se disputa con Estados Unidos el liderazgo mundial, le está permitiendo una expansión inimaginable hace sólo unas décadas. Hasta el momento, la presencia en las Islas es meramente testimonial, pero a tenor de las declaraciones de los representantes de la República Popular China su interés por el sector turístico es creciente y lleva camino de ampliarse mediante fórmulas de colaboración innovadoras.

Aprovechar la experiencia. El embajador de Pekín en nuestro país, Lyu Fan, junto con el resto de expertos que le acompañan en su visita a Mallorca, la entrada del capital chino en el mundo del turismo quiere articularse por medio de acuerdos en los que la aportación del know how balear será fundamental, tanto en las inversiones en Balears como en China. La experiencia de los profesionales turísticos de las Islas queda reconocida de manera explícita por el gigante económico de Asia, un valor del que dejan constancia las grandes cadenas hoteleras que desde Balears se han internacionalizado.

Mantener la cautela. El que el capital chino toque a la puerta del sector turístico balear es, sin duda, una buena noticia. Sin embargo es preciso advertir sobre la necesidad de mantener la cautela, huir de la euforia que suelen acompañar este tipo de anuncios. Es necesario recurrir a la evolución del turismo en las Islas para evitar repetir los errores del pasado. Las hemerotecas quedan como testimonio de épocas en las que nuestra principal industria quedaba extasiada ante la llegada de capital extranjero, la época de los ‘petrodólares’ podría ser un claro ejemplo de ello, que luego se desvanecía o que huía dejando tras de sí una estela de escándalos financieros e inmobiliarios. La prudencia siempre es una buena consejera.